El 6 de Abril de 2025 se vio por última vez a Jeremías Tscchebanow, profesor de Metafísica de la Universidad Oriental de Puerto Bello, escalando la torre universitaria durante una tormenta eléctrica que precipitó un apagón en la ciudad seguido del convulso hacinamiento de ciertos círculos protestantes respecto al avistamiento profetizado de un mensajero de Dios en la Tierra... cuya histeria colectiva tuvo que ser sofocada por las autoridades del orden.

La inexplicable desaparición física del profesor Tscchebanow, asociado durante muchos años a círculos herméticos y conocimientos prohibidos, podría tratarse del contacto con fuerzas superiores a las concepciones del hombre; aunado al extraño diario—en su mayoría anotaciones de ocultismo y experimentos taumatúrgicos que anteceden el pronunciamiento de un horror sobrenatural—, que su aprendiz selecto y único testigo del acontecimiento, el joven Simón García, legó a las autoridades catedráticas antes de ser internado al manicomio por su severo estado de alienación y desconexión anímica.


14 de Marzo, 2024.


Lo primero que hice al llegar a Puerto Bello fue comprar este cuaderno estampado del Rayo McQueen, para esconder los terribles deberes encomendados por mi padre, el Hechicero García, durante mi formación como Metafísico en la Universidad Oriental. 

En este Diario de las Sombras prometo registrar todos los secretos extraídos de las enseñanzas ocultas que me serán reveladas por los Maestros del Círculo Ocultista, para regresar a Montenegro y convertirme en un Mago de renombre, más famoso que el Taumatúrgo Saúl Túnez y el Maestro Okeanos. Todos los círculos herméticos y grupos espiritistas tendrán que pagar por la condena injusta a la que fuimos condenados... He ingresado a la universidad y mi padre me ha recomendado por cartas al Profesor Jeremías Tscchebanow, para que en secreto pueda robar sus excelsos conocimientos que van más allá del poder que atestiguan los Brujos del Sorte. 


22 de Marzo, 2024.


Por fin tengo tranquilidad, pues el ajetreo ha consumido mi tiempo y no me he podido presentar conforme es debido a su merced. Escribir o leer abre portales crípticos en los que contactamos con fuerzas conscientes más allá del espacio y el tiempo... y este Diario del Mago propone un acervo de saberes prodigiosos que permitirán mi Transformación. 

Mi nombre es Simón Javier García, soy oriundo de Montenegro, hijo del Hechicero Leopoldo García, quien fue un importante miembro de los Brujos de la Montaña Sorte, antes de caer en el ostracismo. Mi padre siempre ha sido un hombre muy viejo, aunque de brazos robustos y barba tiznada. Según él, no fui engendrado a través de la unión con una mujer, pues él me hizo bajar de las estrellas utilizando artes antiguas y prohibidas... pero sí llevo su sangre en las venas porque «soy parte suya». Respecto a esto he recibido muchas burlas de parte de los gentiles ignorantes, que en su fuero infantil llegaron a comentar que mi madre era una chiva, ya que nunca fue visto el Hechicero García con una fémina. 

Desde muy joven fui educado en los principios más elementales del saber: se podría decir que mi educación escolar no fue tan significativa como la que mi padre me impartió en nuestro hogar, aunque nunca profundicé en los arcanos de su oficio. Siempre lo han llamado el Hechicero García, pero en los últimos años había sido condenado al repudio público: tildado de brujo y hereje por fechorías que siempre he obviado, pero de las que en el fondo tengo conocimiento. Recuerdo haberlo acompañado en furtivas excursiones nocturnas en las que fue necesario saltar cercos, abrir sepulturas o enterrar objetos malditos... en el más remoto silencio; pero todas estas infamias no se comparan al delito de mi existencia entre los círculos conocedores de un secreto aborrecible. Trato de no pensar en ello demasiado. 

En mi temprana infancia, mi padre me ocultaba de los visitantes—aquellos adultos ataviados de túnicas ostentosas y parafernalia ominosa—, a pesar de tener a regla la documentación de mi vida. Sé suficiente sobre magos negros y brujerías encomendadas a las entidades del Caoísmo como para entender los trabajos que aceptaba mi padre para traer el sustento a la mesa... Nunca le pedí gran cosa, porque desde pequeño supe estaba tratando de salir adelante, pese a la deshonra y el ostracismo de su posición entre los estratos de la Montaña Sorte. No importa lo que digan de él las malas lenguas, siempre lo veré como un gran hombre. Él depositó su confianza en mí, diciendo que estaba destinado a grandes cosas... Me entristece saber que se quedará solo, en nuestra humilde casa de adobe cercana a la quebrada. 


25 de Marzo, 2024.


Esta es mi primera semana en la universidad, y debo admitir que es un instituto bastante grande con tres edificios rectangulares repletos de aulas, unidos por senderos de losas rojas y un comedor comunal de largas mesas. Las torres universitarias que se alzan en medio de los edificios cuadriculados ondean la bandera del país y el estado, y por lo que me ha contado mi padre... dentro se realizan experimentos científicos que buscan desgajar los prodigios místicos en principios matemáticos. He conocido al profesor Tscchebanow, un yugoslavo de piel ambarina, y he destacado en su cátedra de Metafísica I con mis conocimientos empíricos de los Principios Herméticos y la Teoría de la Magia Simpática... aún sigue cavilando en la propuesta que le hizo el Hechicero García sobre tenerme como protegido, pero si le demuestro mi valor estoy seguro que accederá.

La Biblioteca Universitaria no es tan espaciosa como creí, pues la mayoría de anaqueles se ha retirado y los libros han sido resguardados en bóvedas a las que se accede por solicitud. La mayoría del contenido bibliográfico se ha digitalizado y guardado en los servidores locales, accesible por internet a través del campus virtual para el que aún no tengo usuario. Al parecer los estudiantes regulares tienen una membresía especial en el sitio en línea. 

Estoy viendo solo cinco materias este primer semestre: Simbología Básica, Introducción al Hermetismo, Filosofía Elemental, Apología del Misticismo y Metafísica I. Los profesores varían en dos espectros radicales: o son eruditos de las ciencias esotéricas pertenecientes a círculos herméticos, o son Agentes Especiales de la Fundación Trinidad; una institución de regulación para las doctrinas místicas. Existe una carrera de formación para agentes fundacionales en la sede, pero son selectos mediante estrictos programas: llevan uniformes como oficiales practicantes y su acondicionamiento físico matutino interrumpe repentinamente a las clases con un griterío. 

Aún no conozco a mis compañeros de clase, aún parecen desconocidos para mí. Estoy en una ciudad bulliciosa donde nadie me conoce... y me atreveré a salir del corazón cuando no esté tan cansado. Tengo deberes pendientes, y estoy residiendo en una pequeña pieza, muy barata, en un departamento cercano a la universidad... espero poder resistir solo con el almuerzo universitario durante un tiempo, porque no tengo medios para cocinar y los escasos ahorros que guardo alcanzan a penas para tres meses de renta. Tengo que buscar trabajo. 


28 de Marzo, 2024.


Es sábado, y me muero de hambre. La semana ha terminado, y no tengo tareas pendientes más que analizar las conclusiones de filósofos griegos. ¡Esto es tan diferente de la rudimentaria teurgia que mi padre realiza enterrando huevos podridos con fotografías del maldecido o los simplones sahumerios a las pocos que confían en sus dotes! ¡Todo es teoría y probabilidad! ¡¿Cómo me ayudarán las lecciones de los Tres Iniciados del Kybalion a superar el hambre y la soledad?! La profesora Azuaje me ha prestado sus interesantísimos libros de historia y simbología, y me ha aconsejado comprar un celular. Pero... ¿cómo sobreviviré en esta marea de cemento? ¿Acaso no son los hombres desconocidos bestias salvajes?

En mi estrecho cuarto solo tengo una colchoneta de gomaespuma que me separa cinco centímetros del suelo. Las paredes color crema están cubiertas de rayones, y el suelo de cemento pulido se pone muy frío cuando llueve... La luz eléctrica y el agua de la tubería son una rareza: llega en hilos hasta llenar un balde que utilizo para bañarme en la oscuridad. El baño es tan pequeño que si me descuido al deyectar puedo facturarme el cráneo... y descanso mis ojos adoloridos viendo las calles grises y los postes telefónicos enredados en el cielo cuarteado. Un resplandor enfermizo impregna las techumbres de los edificios y las casonas en el lúgubre paisaje... reflejándose en los charcos de las avenidas populosas e inundando mi mente con inusitada melancolía. Se acerca la hora de dormir... y esta noche la bombilla del cuarto sí funcionó...

Voy a seguir leyendo, quizás así pueda olvidar lo solo que estoy... y el hambre que tengo.


29 de Marzo, 2024.


La patrona me ha invitado a compartir el almuerzo, y como la he ayudado a cocinar, me dijo que me recomendará al restaurante de una amiga suya. He salido a pasear por los alrededores del departamento, que corresponde uno de la cincuentena de bloques y casonas del sector Villarreal Norte, separado de Villarreal Sur por la ancha Avenida Azulejos que intercepta Puerto Bello y lo conecta con las carreteras de Ciudad Zamora y Nueva Andalucía. La Universidad Oriental se encuentra en la parte más septentrional de Villarreal Norte, cercano a la afluente del Caroní que egresa de la represa hidráulica en uno de los extremos de la ciudad. Recorriendo la Avenida Azulejos se puede conocer el tamaño de Puerto Bello y su arquitectura moderna, pero también existen otras avenidas menores que se cruzan en dirección a centros comerciales, edificios empresariales, plazas públicas y anfiteatros. Es muy fácil perderse en el laberinto de calles, pues es una ciudad desarrollada para la que no estoy acostumbrado... Se siente como un animal gigantesco cuyo caparazón de roca es invadida por criaturas parasitarias que cavan túneles y levantan pústulas. 

Mi aspecto físico no debe ser el mejor, pues la mayoría prefiere no mirarme directamente. Soy un joven solitario sentado en la banca de un parque sin nombre, erigido en un sector urbano de altos edificios y aceras agrietadas... No visto las mejores ropas, y mis zapatos se desmoronan al caminar. Puede que mi cabello esté desprolijo y el sol de Yaracuy haya cincelado su ardor en mi rostro lampiño. Cuando nadie me habla o me mira... me hacen preguntarme si en verdad existo. ¿Qué estará haciendo mi padre?


6 de Abril, 2024.


Mis preguntas parecen incomodar a los otros estudiantes, pero intrigan a los profesores. Al parecer, la mayoría de estos académicos y estudiantes sienten aversión por las religiones politeistas, mirando críticamente las ceremonias vulgares con un pensamiento más racional e iconoclasta. Tachan los remedios naturistas de teurgias primitivas y los rituales chamánicos de simples conjuras simpáticas que buscan afectar la realidad mediante la manipulación empírica del Hermetismo y la Magia del Caos. 

Los dioses paganos y las figuras intermedias son satanizados como egregores fraudulentos venerados por ignorantes; por lo que las religiones afrocubanas y los ritos indígenas son vistos de mala manera. He descubierto que la mayoría de personas en esta carrera no son practicantes de las artes místicas, solo conocen la teoría a profundidad y repiten axiomas y principios que difícilmente se toman en cuenta durante la realización de un Trabajo—por poner el ejemplo de mi padre—; son rígidos y analíticos hasta la muerte, y contagian a los otros de su devoción por las normas estrictas y los lineamientos limitantes. Han sistematizado la conjuración, priorizando fechas y horas... y alabando la simplificación de los instrumentos para cumplir al pie de la letra ciertos parámetros pautados que aspiran a la realización de un prodigio. Ese repudio por la inventiva y variedad los enclaustra en una caja de cristal... que se rompe con el más delicado descuido echando a perder el fenómeno. 

La mayoría de códices que estudiamos asemejan galimatías filosóficos y paradojas lingüísticas que no ayudan en la práctica, y la nula experimentación hace que los nuevo ingreso se desanimen y abandonen la carrera en una hoguera inquisitorial. El aliciente que me mantenía centrado era el deseo de desentrañar algún secreto de todas esas lecciones que me permitiera iniciar en los caminos de la Transmutación y la Taumaturgia: materias para las que aún no estaba cualificado. 

Por cierto, he estado trabajando en el restaurante como cocinero: es un pequeño sitio de comida rápida en el que me encargo de freír papas y alitas con salsa hasta la madrugada. La paga no es mucha, y aunque no estoy acostumbrado a desvelarme... necesito trabajar para seguir estudiando. 


9 de Abril, 2024.


La falta de sueño me ha afectado y he perdido una evaluación importante de Apología del Misticismo; decidí recorrer las instalaciones universitarias y encontré con un hecho verdaderamente sorprendente. El hecho de que las prácticas de los aspirantes a agentes fundacionales se realizarán en un gimnasio cerrado era sospechoso, pero más aún lo era el extraño escándalo que se oía a ciertas horas del día. Era normal que recibieran preparación física y defensa personal como parte de su instrucción, pero lo que descubrí me asombró en gran manera: era un espacio amplio y despejado en el que practicaban el Misticismo Avanzado.

Entre ellos había verdaderos Agentes de Grado y Asesores Especiales de todo el país que enseñaban las propiedades de los minerales influenciados por la Magia Planetaria. Los veía evocar combustiones utilizando cápsulas blandas rellenas con azufre, trazar círculos mágicos en el suelo para invocar fuerzas invisibles y resistir influencias psíquicas en posturas de meditación. Estaba sentado en las gradas de aquel gimnasio cuando fui interrumpido por el profesor Jeremías. La conversación que tuvimos aún está impresa en mi memoria por su significado trascendental:

—¡García! —Se acercó a mí, alto y bronceado con las patillas grises—. Los alumnos regulares no pueden estar en las instalaciones de la fundación.

—Profesor—dije, decidido—. Vine a la universidad por recomendación de mi padre, el Hechicero Augusto García, para superarlo en el camino del Misticismo y regresar a Montenegro como el mejor mago. Pero, desde que ingresé a la carrera, difícilmente he aprendido más que enredos sobre el Camino Animal y la Orden Hermética. ¿Qué tiene que ver la fisiología de vida con una maldición generacional? No me he regresado a mi pueblo por obligación, pero los profesores no hacen más que repetir viejas lecciones y censurar las prácticas del Llano Negro.

—Quiero aprender de verdad—señalé la fila de jóvenes uniformados en posición de firme mientras un sacerdote católico les dictaba Cánticos Elementales para activar los minerales—. No quiero estar limitado a una teoría anticuada y fundamentada por herejes ahorcados por la Santa Inquisición. Necesito aprender de verdad a manipular la materia y la energía... y poder regresar con mi padre para que los Brujos del Sorte dejen de acosarlo.

El profesor Tscchebanow me miró largamente, como estudiando mi fisionomía enjuta y morena... tenía un aire filosófico en su silencio taciturno. Usaba una camisa oliva de botones azules y un alfiler de oro en la corbata negra, los pantalones planchados color gris y los mocasines italianos. En su mano pude reconocer el anillo aurífero con el Sello del Círculo Ocultista de Puerto Bello: el perfil de un grifo con las siglas de su nombre. 

—¿Crees que estas chucherías de artificio representan el verdadero Misticismo?

Aquello me pareció una pregunta tramposa. Lo pensé, pero aún así... me atreví a asentir con la cabeza sin apartar la mirada.

—Sí.

—¿Vas a renunciar a los Grandes Misterios para aprender los rudimentos de los Elementales y practicar exorcismos a espíritus menores?

—Sí.

—¿Te pelaras la cabeza como ellos?

—Sí, mejor para mí.

—¿Le venderás tu alma a una fundación dedicada a servir al público? —Acentuó el profesor—. No serás diferente a un bombero o un policía.

—Sí, entiendo.

—¿Te matarás haciendo flexiones y sentadillas?

—Me hace falta.

—¿Estás seguro? —Aseveró, ceñudo—. Augusto dijo que eras un joven talentoso.

—Lo soy.

El profesor no se resignó con el ceño fruncido; estudiando los pasos de baile, saltos y Cánticos Elementales que utilizaban los aspirantes para la ignición de sus cápsulas de azufre y cuarzo molido... y los tríos que entonaban salmodias alrededor de un pentagrama para despertar la actividad en un jarrón aparentemente vacío. Su expresión severa mutó a una cómica antes de romper en carcajadas. Al principio no entendí... y el profesor se limpió las lágrimas de los ojos levantando una mano.

—Es un error muy común—rio por lo bajo—. ¿Por qué a los jóvenes les fascina tanto el Caoísmo? Debo admitir que puede ser llamativa la Magia Planetaria, pero no deja de ser un rudimento que busca replicar los prodigios de la quintaesencia—se metió las manos en los bolsillos—. Solo raya en la superficie del inmenso iceberg de la Ciencia Oculta... Esto es pueril, es solo baile salvaje y clandestino; incomparable a las artes escénicas que deleitan los paladares refinados.

Por indicaciones me condujo fuera del gimnasio, y juntos nos dijimos a la Torre Universitaria por el edificio de conferencias. Después de subir al tercero de los cinco pisos, abrió una puerta metálica de cerradura reforzada y me permitió conocer un laboratorio de techo bajo, paredes oblongas y amplias mesas repletas de alambiques y cilindros donde hervían y se condensaban líquidos coloridos en rampas magnéticas. Habían tantos aparatos metálicos dedicados a singulares procesos químicos y físicos... que no pude hacer más que maravillarme ante su despliegue. Habían mesones con fetiches de diversa índole, y esbozos que tapizaban las paredes con diagramas teóricos y pictogramas de seres sobrenaturales... y hornos catalizadores que cocinaban espectaculares materias de indescriptible pureza. Piezas raras y artefactos extraídos de algún taller medieval... insuflado por la enajenación de los alquimistas. La biblioteca privada era inmensa, abarcaba toda la literatura universal. Sin embargo, una sección era dedicada exclusivamente a temas esotéricos, creencias extrañas e inexplicables a la luz de la ciencia, y libros sobre religiones herméticas hoy desaparecidas por los procesos geológicos. Volúmenes de cronologías universales que iban más allá del proceso evolutivo humano, y atlas sobre la prevalencia de negras esferas de las que nacen magias misteriosas e inmemoriales. En un taller más apartado había una pila de volúmenes ictericios, escritos en lenguas arcaicas, y se veía una fantasmagórica colección de piedras brillantes... que lanzaban jirones espectrales de fuego sobre las paredes tachonadas de Sigilos Cabalísticos, alusivos a la Goetia Demoníaca de los Príncipes del Infierno.

Fue entonces que el Profesor Jeremías Tscchebanow me nombró su delegado en las cátedras, y su discípulo. 


14 de Abril, 2024.


El Profesor Tscchebanow me sugirió que en lugar de intentar absorber las lecciones como una esponja, debía ser más como un filtro que duda y retiene únicamente lo necesario... y fue entonces que comencé a descender, inmerso en la batisfera del ocultismo, a los abismos esquivos de la consciencia y la realidad. Estaba terminando el primer corte del semestre, y mis anotaciones sobre las materias estudiadas nunca tuvieron más sentido...

Fui cobrando consciencia de la situación política y social de nuestro país, había crecido en la miseria y desconocía las corrientes políticas de turno en el ojo público. Mi padre me crió con una dieta muy pobre, por lo que no crecí mucho... pero no era culpa de su ostracismo y desprecio social, era por la escasez de recursos pues la mayoría de su clientela había migrado del país en busca de oportunidades y huyendo de la crisis humanitaria. El Dictador Rómulo Marcano había ascendido al poder hace más de veinte años, y sus pésimas decisiones económicas habían dilapidado los ingresos millonarios del fisco por el comercio del petróleo... debilitando la infraestructura y ocasionando un estallido social por la corrupción arrastrada desde hace décadas.

La economía dependía de monedas extranjeras para calcular los ingresos del proletariado, y en muchos lugares se vivía realmente mal... mientras que los cercanos al círculo gubernamental gozaban de una realidad completamente opuesta. Los precios de los alimentos—la mayoría de baja calidad—, eran una locura en comparación a los salarios, y solo un reducido porcentaje de la población obtenía una nutrición completa; los hospitales no funcionaban por la inexistencia de insumos y personal, por lo que la enfermedad era un lujo; la electricidad y el agua presentaban fallas a nivel nacional por la falta de mantenimiento; y la sociedad se perdía en una inherente carencia de valores en la devoción a la cultura del latrocinio y el malandro. La corrupción era de una escala incalculable, permeando en cada institución pública y ministerio... imposibilitando la recuperación económica por la fuga de capitales. Las principales empresas del estado se hayaban en quiebra, y las pocas empresas privadas resistían los azotes de la inestabilidad monetaria... El lavado de dinero producto del narcotráfico y la exportación de oro estaba a la orden del día con la instauración de comercios en las principales ciudades. La delincuencia organizada y la guerrilla extranjera habían tomado el Arco Minero y las poblaciones remotas para establecer santuarios de narcotráfico... ante la mirada esquiva de los políticos y las fuerzas militares. 

Para ejemplificar el nivel de distorsión, yo ganaba en el restaurante el equivalente en Bolívares a unos veinte dólares americanos... trabajando unas diez horas, los seis días de la semana. El único beneficio que obtenía del local era una modesta cena y el picar de vez en cuando de las frituras mojadas en salsa. Mientras que la renta del horrible departamento salía en cuarentena dólares, y el arancel de la universidad en unos cinco dólares por semestre. Eso sin contar gastos telefónicos que no tenía, y los alimentarios... ya que estaba limitado únicamente a almorzar en la universidad y cenar en el trabajo. No costeaba transporte porque iba a todos los lados a pie móvil... y tenía la fortuna de parecer tan pobre y necesitado que los delincuentes sentían compasión al verme regresar a la habitación a altas horas de la madrugada. 

Creía que solo yo estaba jodido por ser foráneo... limitado a gastar mis ahorros en vestir ropa limpia y comprar productos de aseo. Pero no, todo aumentaba rítmicamente—a pesar de la tasa de cambio—, y la moneda perdía valor... casi tan rápido como los seres humanos. Aún así, veía muchísimos hombres y mujeres a bordo de lujosas camionetas e inmaculadas motos... y llevando estilos de vida de idilio aparentando una riqueza excepcional. Según pude descubrir, la mayoría de venezolanos—adultos mayores porque la mayoría de jóvenes talentosos habían emigrado en busca de un sitio mejor—, que trabajaron en instituciones públicas recibían bonos mensuales del gobierno que a duras penas rendían para gastos alimentarios con dietas basadas en harinas y legumbres. 

¿Cómo sobrevivía el venezolano promedio? Los jóvenes trabajando en el extranjero mandaban remesas a sus padres para comprar los encarecidos productos y medicinas... creyendo que el país se acomodaría en el futuro cercano. Unos tenían suerte y eran contratados por empresas extranjeras para vivir con modestia, otros simplemente eran burros de carga en los comerciales de los asiáticos y turcos. Otros resignados a luchar en su tierra, buscaban alternativas de emprendimiento pese a la inestabilidad económica... intentando salir a flote y mantenerse. Existían muchos medios para subsistir, ya sea vendiendo contenido sexual a través de internet... o viajando a las minas auríferas—sitio donde el oro abunda más que la sangre y las balas—, buscando trabajos pesados; aunque este último era un viaje de doble filo. No quiero explayarme en las riquezas confiscadas por el Estado, ni en los grupos armados que retenían el control del Arco Minero... o la corrupción de las fuerzas policiales y militares. 

Dentro de este caos social, la desaparición de Rómulo Marcano y su círculo gubernamental durante un atentado opositor en el pueblo de Jazmín... dejó al país en un interregno político, que fue manejado por el Vicepresidente Jorge Armas hasta que fueron declaradas las elecciones presidenciales, en las dos candidatos eran los preferidos por el pueblo: Beatriz Guzmán, que prometía cambio y progreso; y Florentino Duarte, del Partido Nueva República... de quien se decidía iba a heredar la dictadura. El embrollo político mantenía al país en la incertidumbre, y a los cárteles esperando en el Llano Negro.

El profesor Jeremías conoció mi situación financiera, y me pidió los papeles para ingresar mis datos en la beca universitaria—unos cinco dólares mensuales—, y conseguirme trabajo como auxiliar administrativo, y así cobrar el Bono de Guerra Económica, que eran unos cincuenta dólares mensuales. Decidí renunciar agradecido al trabajo como cocinero, y dedicarme a limpiar el laboratorio del profesor y ayudarlo a preparar sus clases... mientras intentaba descubrir los secretos de sus conocimientos.

Cada día estoy más cerca, pues sé que guarda manuscritos prohibidos en su escritorio. Desconozco el alcance de su poder... pero asumo que su sabiduría va más allá del mago promedio. Es frecuentemente contactado por agentes fundacionales para resolver casos, y deduzco que existe un motivo oculto en su investigación... que aún se niega a compartir conmigo por su desconcertante naturaleza.

Sé dónde está la llave.


13 de Abril, 2024.


El Profesor me ha prestado una edición especial del Mito de los Elementales, del brujo Italo Vera, y me ha propuesto que debía escoger uno de los prodigios elementales para comenzar mi camino como aprendiz. He indagado sobre esta figura controversial, descubriendo que formó parte de una secta centenaria conocida como los Profetas de los Andes, y que desapareció en una caverna mientras meditaba junto a una cohorte de espíritus sin nombre que provenían de otras dimensiones. Después de una ojeada por aquellas exégesis y visualizaciones de Magia Planetaria, me he decidido por la Combustión...

Un experimento sencillo de Transmutación Elemental consiste en escanciar un carbón con azufre, cuyas propiedades alquímicas están más que certificadas, sobre un plato de cerámica... y guardar una distancia prudente para establecer un vínculo con el azufre. Una vez lejos, se debe señalar el plato e imaginar que el calor sale del cuerpo trazando un sendero... Para afianzar este conjuro, se debe entonar el siguiente Cántico Elemental:

«¡Dios de la Guerra! ¡Río de Sangre! ¡Padre Marte, te ruego y te suplico que seas misericordioso y clemente conmigo, y me brindes fuerza en la tribulación!»

Las Imágenes Elementales que evocan las deidades helénicas pueden contener poderes cósmicos. Si se realiza con suficiente fuerza de voluntad, y se refuerza el conjuro con demás componentes del ritual (por ejemplo, un círculo mágico, pasos de baile, artefactos, sacrificios, etc); la evocación debería provocar la combustión del azufre bajo la Potestad del Fuego.

Este ejercicio puede simplificarse al sostener un fósforo encendido en la otra mano, y enlazar el fuego mediante una vinculación de  magia simpática basado en el Principio de la Vibración.

(Extracto del Mito de los Elementales, del brujo Italo Vera).


17 de Abril, 2024.


Por cierto, he conocido a una amiga de la misma carrera... Es una chica bastante agradable de tez morena, menuda y pelo rizado; es hija de uno de los

Onirimantes más reconocidos del país—el Jesús Albornoz, líder actual de los Profeta de los Andes—, aunque su don se manifiesta mediante los Viajes Astrales, proyectada a rincones inimaginables del Mundo Onírico: paisajes de locura como la Meseta de los Innombrables, y mares estigios rebullentes de monstruosidades prehistóricas.

Se llama Grecia, y hemos pactado colaborar en los deberes académicos. Ella me advirtió que el profesor Jeremías no era hombre de confianza, y que debería mantenerme lejos de sus horribles experimentos... aludiendo a su particular inclinación por la Peregrinación Negra. Me aconsejó que debía realizar un Ritual de Creación de Espíritu Guardián, para protegerme de los posibles maleficios que mi supuesto mentor tendría preparado como contingencia... y debo admitir que todas estas reflexiones me parecieron paranoias, hasta que llegué al departamento... después de una jornada extenuante de trabajo. 

Estaba decidido a robar los conocimientos prohibidos que mi mentor había descubierto con los años en sus numerosos viajes, pero estaba tan cerca de estos poderes ocultos como los planetas del Sol. Me mantenía ocupado con la búsqueda, impresión y ordenanza de documentos relacionados a su jurisdicción universitaria... así como lecturas diversas de libros viejos que escondían, según mi taciturno profesor, las claves que requería para desentrañar los enigmáticos volúmenes del Medievo.

Cuando limpió su laboratorio me aseguró de buscar posibles escondrijos donde podría resguardar opúsculos malignos dedicados a las negras artes... pero solo encuentro recortes de periódicos relacionados a la sexología y revistas pornográficas con anotaciones de antiguos compañeros. ¿Es posible que los Magos del Círculo Ocultista de Puerto Bello sean un montón de viejos verdes? ¿Sus reuniones serán tertulias filosóficas que derivan en conversaciones picantes sobre denigrantes mujeres?

Durante una ausencia del profesor, revisé su ordenador y encontré un fichero con documentos identificados con años postreros: desde 1990 hasta 2024. Revisé el más reciente, y me llevé con una sorpresa infausta que me hizo dudar del carácter de mi patrono: era una lista de mujeres con todas las enseñas; nombres y apellidos, profesiones, edades, piel claro o oscura, medidas corporales y demás detalles depravados que llenaron mi mente de infundios y pesares. ¿Quién es Jeremías Tscchebanow detrás de esa mascarada de profesor? Tampoco me ha dicho nada sobre su extraña colección de cristales y los resultados de sus sesiones privadas en el laboratorio, cuyos ruidos llegan a perturbar a los demás profesores... Poco sé sobre esto, ya que no tarda en esconder los pergaminos de papiro y barrer las líneas de sal del Círculo de Invocación. ¿Será un entrevistador de diablos inmemoriales? ¿O entrará en contacto con fuerzas oscuras de otras regiones profundas del espacio exterior? Estas cuestiones no me dejan dormir por las noches...


25 de Abril, 2024.

Fabriqué el Altar del Guardian en una de las esquinas del departamento con dirección al norte. Por nombre lo he bautizado «Melquíades», nacido la hora de Saturno bajo la Potestad de Hestia y Júpiter; y yace resguardado en una estatuilla de barro cocido con forma humanoide, cuyo corazón es un azabache triangular que se metió en mi zapato. Le dediqué dos velones amarillos en una profunda meditación que duró alrededor de tres horas, imaginando sus dimensiones y formas hasta consolidar su consistencia, apariencia y personalidad. Según Grecia, ella había invocado un dragón de las profundidades infernales; pero aquello estaba exento al ámbito de la peligrosa Magia Draconiana.
Le conversé de mi vida al ser que se presentó en medio de la gnosis, pidiendo su protección a cambio de continuar alimentando su vitalidad con mi energía... pues suyo es mi nacimiento; y como soy el único que lo conoce, también su destino final. ¿Melquíades se presentará cuando sea leído este pasaje? ¿Conseguirá el alimento de su sustento metafísico a través de la canalización mental originada en el cerebro de terceros? Es representado como una figura amorfa de luz mortecina, porque aún no consigo describir su forma... puede que mi pobre imaginación lo vaya tallando lentamente como un escultura de mármol, golpeada por el cincel y la lija, hasta la culminación de una obra maestra. 
Aún es débil, pero lo siento revolear por mi habitación... con la certeza de un niño que percibe un hada invisible flotando en el polvo del aire. Por ahora deberá quedarse en el perímetro de la estatuilla, pues es un neonato que requiere de un espacio estéril y fecundo alimento para fortalecer su presencia. Me dedicaré a reforzar su poder con meditación e infusiones. 
Descubrí que el profesor recibe correos electrónicos de prolíficos eruditos de todo el país y Sudamérica. Los mensajes inundan su tablero con documentos digitales referentes a investigaciones codificadas, cuyos endemoniados elipsis y abreviaturas no me permitían desenterrar el secreto cabal detrás del asunto... Solo podía entrever que se trataba de sitios antiquísimos en los que fueron descubiertos seres cargados de grilletes, encarcelados en galerías profundas desde un tiempo infinitamente remoto. El profesor está detrás, o es el epicentro, de una conspiración diabólica... pautada entre distintos eruditos de la magia negra y las razas muertas. 
Ha estado demasiado atareado con las evaluaciones de su cátedra y la particular en una conferencia de Ciudad Zamora, como para seguirme instruyendo en los esquivos senderos del Misticismo. Por mi parte, he seguido practicando los prodigios de la Combustión... y he descubierto hechos verdaderamente importantes, cuya enseñanza solo se puede apreciar en la experiencia particular.
El primero es que los Cánticos Elementales no son tan necesarios como se nos ha hecho creer, pues es solo una forma de moldear el pensamiento para redirigir la energía. En otras palabras, es la codificación necesaria para Transmutar... una vez que memorizas la sensación puedes saltarte la conjuración. Es como ir puliendo pasos de baile hasta que la coreografía sale natural... Estas oraciones—muchas veces traducidas del latín o el griego de libros viejísimos resguardados por círculos selectos—, son fórmulas ideadas por los Maestros Olvidados para simplificar los misterios de la manipulación universal de estertores divinos. 
Lo segundo, es que no siempre es necesario imaginar el calor corporal (energía bioelectrica, Chi o fuego cósmico) saliendo de tu cuerpo lentamente—yo solía dejarme llevar y trazar con la mente una extensión de mi mano... como alargando el brazo, hasta alcanzar el plato y activar el azufre lentamente—; descubrí que es preferible pensar en la energía como una flecha disparada con un gesto, y a veces solamente con la respiración... bastó para encender una estrepitosa ignición en el mineral.
Por último, lo tercero que descubrí en mis experimentos es que los recursos—también llamadas Ofrendas Elementales—, no son estrictamente necesarios cuando se tiene una fuente de energía externa o se sabe aprovechar la propia energía del cuerpo. Eso sí, los peligros de utilizar excesivamente esta fuerza... podían causar debilidad, somnolencia, anemia y hasta hipotermia.
Seguiré investigando en los archivos del profesor Tscchebanow, quizás pueda encontrar alguna referencia a las distintas formas de energía aprovechables para la Transmutación... o consiga un recado que me permita conocer la clave de su investigación.

3 de Mayo, 2024.

Le he comentado a Grecia sobre mis avances, y me ha dicho que aquello es verdaderamente básico... y que obviar los Cánticos Elementales para mayor eficiencia era insensatez, pues estaba restando poder: era como intentar avivar una hoguera con las manos. Ella tampoco es muy devota de la Magia Planetaria, y que prefiere dejar aquellas barbaridades en cosas de hombres. Me ha regalado velas y agua de rosas para darle fuerza a Melquíades... y para el catarro me ha regalado un suéter viejo y varios medicamentos.
No he podido trabajar acorde por mi malestar, pues las lluvias han comenzado y no soporto el frío relampagueante... Falta poco para terminar el semestre, y el profesor me ha pedido que lo acompañe a la conferencia como su asistente. Se ha portado más callado de lo acostumbrado, y está comenzando a sospechar de mi interés en su material oculto... Si ha enviado entidades a espiar este diario no estoy seguro, pues Melquíades se ha mostrado muy inquieto, y la atmósfera se siente pesada estos días de tormenta.
He ojeado tratados prohibidos en su escritorio sobre Hexágonos Malditos y Cadenas Espectrales... ¿Podría intentar confinar entes como Melquíades en baterías primigenias? En sus muñecas pude ver tatuados Sigilos Cabalísticos, en representación a demonios muy poderosos bajo su alianza... ¿En qué peligro me he metido? ¿Estarán aquellas cortes demoníacas esperando detrás del umbral de mi puerta? Puedo intuir el gemido de Melquíades, como un cachorro temeroso en su Altar... mientras se extinguen las velas.

9 de Mayo, 2024.

La conferencia fue sobre la antigua civilización que existió alguna vez en Canaima, cuyas pirámides enterradas fueron una vez más descubiertas por los arqueólogos de la Universidad Oriental... y que podría significar la prevalencia de ciudades más antiguas que las erigidas en Mesopotamia. El conferencista principal fue el catedrático Emmanuel Cuero, cuyo respaldo de parte de otras sedes se vio en calidad de sus representantes. 
Fui presentado en los círculos masones de Ciudad Zamora como un joven talentoso, aunque nunca me sentí tan fuera de lugar como en aquel salón de vistosas proyecciones e intelectuales. Estreché muchas manos decoradas con anillos de oro, y participé de refrescantes charlas sobre nuestras concepciones personales de los Grandes Misterios; en un intento de acceder a la matriz de toda esencia. Mis contertulios veían al profesor Tscchebanow con gran admiración, puesto que su contribución a la conceptualización de los seres intangibles del Bajo Astral y sus colaboraciones metafísicas sobre los principios de la energía... habían encaminado a terceros tras el desvelo de enormes interrogantes. Gracias a sus hipótesis, comprobadas años después en experimentos de haces electromagnéticos, se descubrió la consistencia de ciertas energías... y su influencia en el plano físico. Se decía que estaba trabajando en una Batería de Vacío, capaz de extraer distintas formas de energía de vectores dimensionales ajenos a nuestra comprensión... y esto me llenó de intriga. ¿Por qué los estudiantes oían gritos horripilantes procedentes de la Torre Universitaria? ¿Qué descendía a nuestro mundo dentro de los Círculos de Invocación que con tanto celo escondía?
Uno de los masones—un profesor de ingeniería del instituto tecnológico—, le compartió en secreto un paquete sellado que provenía del extranjero, y no me enteré de ello hasta nuestro regreso. Me estuve figurando las posibilidades mientras el profesor manejaba con el paquete oblongo en el asiento trasero... cuando le pregunté qué era, él se encogió de hombros y se limitó a decir: «revistas».
Es un pésimo mentiroso. Me ha dejado en casa antes de arrancar, casi despegando, al laboratorio para aperturar los horrores de aquella caja... 

15 de Mayo, 2024.

¡Es terrible! ¡El profesor me ha reprendido y temo que un maleficio inconcebible se haya posicionado en mi alma! ¡Temo ceder a las náuseas y vomitar sangre hasta que la muerte sea inminente! ¡Debo escribirlo! ¡Aún sus palabras resuenan en mis tímpanos! ¡Escucha las garras monstruosas arañar la pared del exterior situada a más de diez metros del suelo! ¡Me está atormentando hasta estremecer cada metro de mis vísceras! ¡Ha enviado una materialización del horror! ¡Estoy esperando en esta habitación vacía! ¡He rezado cincuenta avemarías y otros cincuenta padre nuestro para espantar a los malos espíritus! ¡Procuraré entonar un hechizo positivo... pero solo conozco canciones tristes! ¡¿Qué especie de octópodo antinatural habrá convocado de los albores del tiempo?! Melquíades se golpea contra las paredes como un moscardón estúpido... Debo suponer que su presencia es tan insignificante como un barquillo de papel parafinado atrapado en una tempestad. 
El terror me consume con el batir de aquellas alas macabras, batiendo detrás del muro... ¡Bendita sea la patrona y su austero departamento desprovista de ventanas! Pues, la humanidad no es la única conciencia sobre la Tierra, existen figuraciones nocturnas que surgen de las tinieblas para visitar a sus benefactores diabolistas y cumplir sus terribles enseñas. 
Me senté en medio de la reducida habitación, untando las esencias en la arcilla del ídolo... luchando con el pánico... Voy a seguir conjurando a los Astros por protección; mis hechizos se han reducido a menos que rezos. Esta noche será larga, y con ella vendrán terrores...
El profesor Jeremías Tscchebanow me ha descubierto urgando en su ordenador, y en un intento de desenmascarar mis verdades intenciones se ha mostrado severo en su reprimenda... Su interrogatorio fue breve, pero fulminante:
—¿Qué estabas leyendo? —Se limitó a decir, taladrando mi cerebro con sus ojos impuros...
Debo ser franco, nunca había sentido el peso del mesmerismo que se le achaca a ciertos especímenes vampíricos y moradores de las tinieblas... y fui incapaz de sostener una mirada en mi tartamudeo. Pude imaginar los colores desapareciendo de mi rostro a medida que me esforzaba por sacar las palabras, a la vez que el profesor desprendía un fuego que arrancaba la convicción con pinzas... Sin duda, fui víctima de un influjo psíquico, porque caí con un tonto en la silla reclinable, sumiso ante aquel místico; y presa de un incontenible enfado.
—Es esa condenada lista—dije, ceñudo. Incapaz de ver al hombre, con mi visión sujeta al suelo por indescriptibles ataduras—. No he podido dejar de pensar en esas mujeres... ¿Por qué son tantas? Están examinadas a detalle como si las hubiera descuartizado, y mis conclusiones no son diferentes. La lista comienza desde hace más de treinta años, y varían de tres a ocho por anualidad... Se cuentan más de cien víctimas con todos sus rasgos encasillados. No he investigado sus nombres por temor al resultado... ¿Me matará también a mí por descubrir su profano secreto?
La tensión se evaporó en un segundo, cuando la risa extática del profesor me tomó desprevenido por su naturaleza convulsa y destornillante... me miró de arriba a abajo, completamente enrojecido por el acceso de risa que culminó en tos. Ante mi confusión, solamente levantó las palmas, conteniendo la frivolidad...
—No soy un asesino—replicó, señalando el monitor—. Y esas mujeres, tengo entendido, no están muertas. Esa lista son... todas las mujeres con las que he estado.
Me sorprendí visiblemente...
—¿Ha tenido tantas novias?
—Más bien... amantes.
Me limité a asentir, y dejar atrás aquella controversia. Por supuesto, él no podía saber que perseguía la clave detrás de los mensajes crípticos de su correo electrónico. Temo que haya descubierto mi interés por su ciencia negra... y enviado tras de mí una malevolencia encarnada de una antiquísima acrópolis. 

16 de Mayo, 2024.

Anoche no dormí absolutamente nada, y he decidido llevar el ídolo de Melquíades conmigo en el bolso escolar. No es que me sienta físicamente seguro en su posesión, más bien... siento que su compañía reconforta la sensación de pesadez que estas instalaciones inmensas me transmiten.
La profesora Azuaje ha notado mi desasosiego, y me permitió retirarme temprano para hablar conmigo después... No sé qué tema querrá discutir conmigo, pero el hecho es que he encarado al profesor Tscchebanow en el laboratorio. Hoy se mostró muy complaciente, y cuando lo intenté interrogar sobre la posible existencia de seres malignos parecidos a murciélagos... Se encogió de hombros murmurando sobre tenebrosos ritos de los círculos de Vudú haitiano, en los que brujos perversos y magos negros se acostaban en el suelo para convertirse en pájaros abominables. He intentado hablar al respecto con otros profesores, pero el conservadurismo ha arraigado demasiado a su concepción del Misticismo... y a diferencia de los Brujos del Sorte y el Llano Negro, solo pueden disentir sobre las perversiones del Maligno y los demonios supremos invocados por enloquecedores cánticos.
Puede que el profesor sea mi más grande adversario, pero de alguna manera... sigue siendo el único en la institución que no se limita a los saberes inculcados por pedantes antecesores. Le he pedido que me explique los principios de la Apotropaica—magia protectora helénica—, y me recomendó consultar un listado de más de diez tratados teosóficos y grimorios de animismo en su biblioteca privada; por supuesto, es un imbécil presuntuoso... pues todos los manuales están redactados en latín y griego. Me queda mucho por aprender...

24 de Mayo, 2024.

He conseguido proteger mi hogar con la fórmula apotropaica de una cruz—símbolo universal de la divinidad—, sobre el dintel de la puerta... y me alegra saber que, al menos empíricamente, haya podido desterrar al horrendo ser que me visitó aquella terrible noche. Estoy a pocas evaluaciones de terminar el primer semestre, y el trabajo nocturno no me ha afectado tanto últimamente... puesto que estoy muy alerta durante las noches tras un accidente con un pájaro grande y feo que tomó la manía de perseguirme hasta el departamento. 
Es un animal bastante grande y de cabeza pelada, negro como la brea y... cuando vuela bajo la cúpula vaporosa de la noche, me parece que adquiere volúmenes y dimensiones impropias para un ser de este mundo. La distorsión prismática me asusta... y el cansancio me nubla el juicio con negras alusiones a ojos refulgentes de rojo candor; y serpientes repentinas que brotan de las sombras con un ciseo mefítico. He deseado incinerar al maldito pájaro con una proclamación elemental, pero en aquellos momentos me siento tan hundido en el cansancio... que el simple hecho de devolverle la mirada se me dificulta enormemente. Se que me observa silenciosamente como un demonio en penitencia... y que no aparece en ningúna otra hora del día.
He discutido con Grecia, porque a veces siento que solo es mi amiga para que la ayude con los deberes académicos. La profesora Azuaje me ha aconsejado que no esté con lastres, y que me siga esforzando... pues no todos mantienen mi entusiasmo tras el primer semestre. Me ha pedido que confíe en ella, y que si necesito hablar con alguien puedo contar con su asesoría... Es una buena mujer, el único inconveniente en su belleza cotidiana es la grandísima nariz que curva su rostro. Por lo que me ha contado, pertenece a una familia de médiums de Puerto Bello, pero que no nació con el don para contactar con los etéreos espíritus... y que prefirió diversificar su saber en Filosofía, Metafísica y Sociología.
Me ha bombardeado con preguntas sobre el profesor Tscchebanow, ya que soy el único estudiante con acceso a su laboratorio... pero no le he dicho gran cosa. Ambos sostenemos posibles teorías de una fraternidad secreta de ocultistas detrás de un poder olvidado... cuya clave se nos escapa de entre los dedos cada vez que nos zambullimos en busca de la verdad. Me dijo que podía visitarla otra vez en su cubículo... 

30 de Mayo, 2024.

Las clases han terminado, y tengo un mes de vacaciones para trabajar y ponerme al corriente con mi propio crecimiento en la ciencia ignorada de la Taumaturgia. Saqué buenas notas, quizás las mejores de la sección... Estoy decidido a aprender latín, griego e inglés... así podré descifrar los complicados galimatías que mi complicado profesor guarda en su repisa, y que me permitirán ver más allá de lo invisible y lo insustancial. Sé que un secreto lingüístico fue codificado por mi mentor en sus anotaciones personales... Cada cuaderno transcrito o manuscrito de antigua imprenta extranjera contiene lucubraciones a pie de página y jeroglíficos complejos que esconden un dictamen en clave. 
El próximo semestre seré mejor estudiante, un mejor amigo y un buen hombre. Lo prometo... Sé que debo volver a Montenegro, pero ya no soy el mismo desde que ingresé a la universidad. Cada día extraño menos a mi familia, y me encuentro más a mí mismo... en esas horas nocturnas de profunda meditación cuando regreso molido hasta los huesos del trabajo, cuando la patrona me regala café y me pregunta cómo van las clases, cuando Grecia me pide ayuda para responder una difícil incógnita, y cuando aprendo cosas nuevas de la boca de profesores entusiastas. El pájaro negro ha disminuido su acoso nocturno, y ya no tengo los dedos tan quemados por el aceite hirviendo. Hay noches como esta, que siento la soledad sobre mi cuerpo como la sepultura de un ataúd... que me aisla del resto de mortales en este mundo dicotomico. Pero estaré bien, siempre y cuando esas noches no se multipliquen en mis años venideros...
El profesor Jeremías declaró que tengo un gran camino por delante sí quiero participar en sus oscuras averiguaciones... y me sugirió estudiar la teoría—más no la práctica—, del demoníaco Sendero de Goetia y los Sigilos Cabalísticos de John Dee; para allanar el camino a la revelación de un más allá verosímil solo para los iniciados en la Peregrinación Negra. Me sugirió que profundice mis conocimientos sobre destierros y demonología... pues, la Gran Revelación involucra conocer las inmensidades del Cielo, y las recónditas profundidades del Infierno. 

12 de Junio, 2024.

«El tiempo es una ilusión percibida por nuestra entropía... Solo podemos medirlo conforme el desgaste de nuestro cuerpo.»
Con esa nota quiero retomar estas dos semanas que dediqué exclusivamente a armar un legajo de anotaciones dispersas con mis propias traducciones del latín y el griego. Por ahora, he recopilado fórmulas apotropaicas para defender mis dominios de larvas astrales e intrusos bidimensionales... así como de posibles ataques físicos o maldiciones decretadas por portentos de la Simpatía y los malignos egregores. Mis lecturas encomendadas han sido breves, y me dejan una sensación extraña de perplejidad...
Plasmados en los libros de mi antecesor, descubrí axiomas que intentan estabilizar las permutaciones de la Magia del Caos; así como instrucciones para la creación de Sigilos Mágicos capaces de invocar ventanas para los duques del Averno... En contraposición, la fascinación de este por las criaturas angelicales se mostraba con más entusiasmo, aunque con menores resultados, en sus ensayos privados. Por cada experiencia de Transmutación, desdoblamiento gnóstico y prodigio fenológico... había un centener de experimentos relacionados a los seres divinos que habitan al pie del Trono de Dios. Descubrir esta faceta talmúdica en el profesor, un adúltero obsesionado con la fornicación, era un contraste impredecible... Fui investigando sus primeros trabajos sin publicar—escritos en fausto hebreo litúrgico para mi enajenación—, y descubrí un profundo interés en su juventud por las visiones de un rabino cefardi de Curazao que desaparició misteriosamente; así como un sin fin de recortes y artículos periodísticos que narraban movimientos protestantes del Cristianismo, y singulares declaraciones del Clero Católico en prensas extranjeras. El joven Jeremías barloventeó entre las doctrinas católicas, protestantes y judías... en busca del verdadero espíritu de Díos. O... estas fueron mis impresiones tras las lecturas profundas de sus códices hebreos. Sin duda, había concluido que existía otro mundo, superior e incomprensible, coronado por Potestades bajo el mandato de un Altísimo omnipotente... cuyos Grandes Misterios solo contados apóstoles eran capaces de vislumbrar fugazmente.
Tras la capitulación de su joven adultez, Jeremías se fue retrayendo al mundo banal e inferior de los Aquelarres adoradores del Moloch, Baal y Meridiano... contaminando su mentalidad celestial con oscuras corrientes satanistas, que buscaban replicar prodigios más allá de la vida y la muerte mediante la pronunciación de lenguas infernales... o pagando un precio abismal por las impías enseñanzas de los genios demoníacos revenidos de los acantilados de hielo. En estos rituales orgíasticos realizó actos indebidos de los que estaba profundamente arrepentido... Este lustro en la oscuridad le permitió ver la claridad en el fondo del pozo. Las aplicaciones de las ciencias negras le resultaron horripilantes por su capacidad de maldecir y asesinar a los hombres, convertida su piel en la de un sapo o palideciendo por fiebres misteriosas que los médicos no podían explicar. Hundiéndose en las tinieblas de los oscuros poderes conoció a mi padre, el Hechicero Augusto García, en una horrenda celebración de Walpurgis donde se ofreció en holocausto a siete jovencitos de quince años... cuya sangre insípida aún podía olfatear en las carnicerías comunales y los mataderos de ganado. 
Después de estas revelaciones, me es imposible no ver al profesor Tscchebanow como un hombre que intenta enderezar sus últimos años tras una vida repleta de equivocaciones. Los demás eruditos lo juzgan por su ciclo en el lado oscuro... pero es una persona que ha comprobado el sugestivo poder de los demonios, y el horrible vuelo de las brujas. 

21 de Junio, 2024.

Estoy bastante confundido, el profesor me ha pedido que le escancié más agua al colador de café, pero me impidió levantarme de mi asiento. Generalmente creí que era una prueba de agudeza mental, presto que su ingenio malévolo con frecuencia lo predispone a esta necedad. Esperé largo rato, sin moverme del asiento y mirando de soslayo al profesor mientras el agua hervía en la olla con burbujeantes estertores... y la jarra a diez metros de distancia me esperaba.
—¿Se ha vuelto loco?
—No más que ayer—respondió, con una sonrisa cómplice—. Se ha terminado la cocaína...
—¿Por qué me complica? —Exigí, protestando—. Podría simplemente levantarme y tomar la jarra para verter el agua en la olla...
—Sí, podrías...
—Usted quiere que levante la jarra con medios poco ortodoxos.
—¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué te limitas a usar el cuerpo cuando puedes obrar análogamente solo con el cerebro? No es diferente a un Conjuro Elemental de Combustión... solo tienes que seguir un conjunto de pasos hasta alcanzar un objetivo. En este caso, levantarte hasta la jarra, tomarla, volver, y vaciar el contenido en la olla hasta que hierva... ¿No? Pero, necesitamos maximizar la eficiencia, mientras menos pasos requieras para alcanzar un objetivo, mayor será tu habilidad como mago. La Bestia de Nueva Bolívar podía prenderle fuego a los riñones de una persona con solo mirarla fijamente. ¿Cómo puedes convertir esa jarra de agua en café?
—¿Cree que soy Jesús, o qué?
—Jesucristo estaba en el Cuarto Nivel—declaró, afilado—. Apenas has rayado el primer escalón... ¿Cuál es tu solución?
Enseguida, ofuscado por la insensibilidad de mi mentor, hice pistola con la mano y apunté la jarra... murmurando para mis adentros el Cántico de Hestia, y preparando mentalmente un arpón de energía forjado con mi propio calor y la llama cercana de la hornilla. El agua de la olla se consumía... y disparé el pensamiento. El calor fluyó como una exhalación de mis pulmones. La jarra se tambaleó con una abolladura y cayó al suelo formando un charco...
El profesor apretó las muelas, y negó con la cabeza.
—¿Y así quieres levantar las pirámides de Egipto?
Tomo el colador con el café molido y lo arrojó al charco del suelo...

30 de Junio, 2024.

Me la he pasado en el laboratorio de la Torre Universitaria durante las vacaciones, ayudando al profesor a dibujar Sigilos Mágicos partiendo de palabras en castellano, y latín... Aún no es preciso en sus encomiendas, pero me ha ayudado a profundizar mi Magia Apotropaica, en la confección de círculos mágicos con las contracciones de «Fuerza», «Protección» y «Divinidad». Hemos revestido las paredes del interior de una habitación con distintos Sigilos Cabalísticos de diferentes jerarquías celestiales y demoníacas; y hemos trazado un rectángulo de palabras en latín... pero no me ha explicado el propósito de la empresa. 
He reforzado el poder de Melquíades dibujando con tinta el Sigilo del Ángel Miguel, y un Signo de mi propia creación utilizando las consonantes de «Potestad», en un Pentagrama Elemental. No he sido molestado este mes por los espíritus chocarreros, y he asimilado rápidamente el latín... He estado releyendo los Tratados de Magia Empática y Contaminante de Giuseppe Tota, solo voy por el primer volúmen, pero estoy fascinado con sus ejercicios de influencia y contagio. Debo aprender los rudimentos de la Simpatía, pues las religiones afrocubanas del Mayombé, Yoruba y Vudú... celebradas por los Santeros y Paleros, basan sus embrujos en la primitiva Teurgia—manipulación de plantas y minerales con fines mágicos—, y los Maleficios de sus rituales animistas. El Palo Mayombé y el Vudú Haitiano son las ramificaciones más oscuras de la Brujería Venezolana: estos hechiceros manipulan los huesos de los Muertos para replicar el daño en los vivos mediante poderosas maldiciones. Existían doctrinas de Apadrinamiento, Posesiones de Espíritus y talismanes protectores en forma de collares coloridos.
Le he confesado al profesor Tscchebanow que la profesora Azuaje me había pedido espiarlo, y este me sugirió que mantuviera la mentira como un agente doble... para mantener desinformados a los Magos Negros y los otros círculos herméticos que precisaban robar los resultados de su investigación. Estaba a la cabeza de un gran descubrimiento que cambiaría para siempre nuestra forma de ver el mundo... y yo sería parte fundamental de esta hazaña. 

9 de Julio, 2024.

He inscrito siete materias: Simbología y Misticismo, Introducción a la Kabbalah, Fundamentos de Astrología, Origen de la Teurgia, Teoría Taumatúrgica y dos electivas relacionadas a la introspección del ser. Debo seguir avanzando... aunque últimamente me siento tan cansado. Creo que el desvelo prolongado y las carencias alimenticias me están pasando factura; Grecia me prestó un espejo, en el que alcance a estudiar mi rostro lampiño con profundas ojeras labradas alrededor de los ojos, un cutis anaranjado y endurecido por el sol, y el cabello pelado a casco... dándome el aspecto de un cadáver ambulante. Estaba raquítico, y mi estatura era inferior al promedio masculino... aunado a la debilidad cognitiva que suele fustigar mi cerebro cuando me muevo muy rápido. ¿Insuficiencia vitamínica? ¿O la prolongación de una anemia? No puedo correr sin cansarme, y levantar mucho peso me fatiga... 

11 de Julio, 2024.

La profesora Azuaje me ha invitado a su casa, y acepté por orden del profesor Tscchebanow. Tendré que tomar un autobús, y dirigirme a una urbanización de casonas lujosas... Espero que todo salga bien.

13 de Julio, 2024.

¡Todo ha salido mal! ¡Estoy atrapado en el sótano de esta casa desde anoche! ¡Necesito ordenar mis ideas! 
La profesora Azuaje no resultó ser la persona que creía. Su casona lujosa color crema es un cuadrilátero de ventanas tiznadas y rectangulares, separada del conjunto de residencias por un muro de dos metros coronado por un cercado eléctrico... en cuyo interior se reparten dos pisos, entre habitaciones, un salón de acolchado mobiliario, una cocina de azulejos y varios baños. Su estudio era un amplio espacio de estanterías repletas de riquísimas colecciones literarias y ensayos esotéricos... flanqueado por dos esqueletos humanos y un caimán disecado que colgaba del techo. En la mesa principal se revolvían papeles con diagramas inconexos y un manuscrito remendado de hojas quebradizas... cuyo horrible contenido me hizo palpitar el pecho con desazón. Se trataba de una confección rara que creía escondida en bóvedas secretas por sus diabólicas enseñanzas: el Libro de los Grillos, del Culto de los Huesos... Un horrendo opúsculo escrito en un idioma arcaico, que aún su más inexacta traducción al latín podía ocasionar la alienación de su lector o la ceguera. 
—¿Reconoces los textos? —Me preguntó mi espeluznante anfitriona.
—Sí—dudé, y señalé los versos que pude reconocer—. El Mito de los Elementales, de Italo; el Garra Negra, de Nicolás Fedor; y la versión latina que prohibió la Iglesia Católica del maléfico Libro de los Grillos... cuya lectura nubla el juicio y abre portales a regiones innominables del cosmos...
—Impresionante—se maravilló la profesora, que se aproximó con una taza de te caliente cuyo aroma me sedujo—. Sabes el latín caótico de los infames... ¿Podrías traducir este pasaje? —Señaló un versículo del texto, que me sentí en obligación de leer en voz alta. Era incapaz de mirarla a los ojos, pues un inusitado mesmerismo animal me carcomía los pensamientos—. La traducción del Monasterio de Andalucía, cuyos monjes enloquecidos cometieron horrores necrománticos... El pasaje no es preciso, está contagiado por las cartas de las lágrimas, antes del incendio que destruyó el santuario. «Los que retornan de la Tierra de Sheol, y aún moran en sus encarnaciones terrenales, después de sobrevenir el último aliento... Se convertirán en blasfemias ante los ojos de Metatrón, que no les permitirá trascender...».
Sentí un escalofrío recorriendo mi espinazo, al estudiar los densos diagramas y las fórmulas—de las que identifique sin número de demonios antiguos—, y percatarme del cerco fantasmagórico tendido a mi alrededor. La mujer, aunque dudo que sea la visionaria de tan horrible certeza, buscaba replicar procesos vitales de reanimación... o eso pude entrever de los espantosos bocetos que describían gules putrefactos profanando mausoleos para saquear su festín carroñero. La imagen en tinta roja de un cefalópodo antropomorfo de alas draconianas me arrancó del medroso hipnotismo... y por un par de segundos, pude apartar la vista de la baraúnda de fórmulas necrológicas y procesos antinaturales; solo para recaer en la mirada viperina de la profesora Alejandra Azuaje, cuyos pozos insondables me transmitían un magnetismo animal incontrolable... y me hizo retroceder lentamente con órdenes subconscientes. Me sentía patético ante su imponencia de Gorgona y visión petrificadora. Caí en la única silla del estudio con pesadumbre, y no pude levantarme. Tres veces intenté encarar a la bruja, y tres veces terminé desviando la mirada... sin mediar palabra.
—Te habías volteado, Simón—la escuché decir mientras soplaba el té de esencias endulzadas con miel y limón—. Él lo vió en el tabaco... y supo cómo debíamos proceder. ¿Creíste que podrías jugar conmigo? No, querido—colocó la taza frente a mí—. El profesor Jeremías está convocando fuerzas muy peligrosas—señaló el líquido—. Bebete todo el remedio. 
Lo hice guiado como un sonámbulo por un demonio invisible, y en pocos segundos vacíe la taza con el refrescante néctar bajando por mi pecho. Debía tener un somnífero farmacéutico muy poderoso, porque a los pocos minutos empecé a sentir los párpados muy pesados... y mi voluntad, por muy férrea que fuese, no pudo resistir el desvanecimiento repentino de la droga.
Desperté en esta habitación, aparentemente bajo tierra, con una cama mucho más cómoda que mi colchoneta mugrosa... durmiendo y comiendo como un hombre debe hacer. ¿Cuál es la diferencia? Me pasan las comidas por un elevador diminuto, y escribo este en mi libreta del Rayo McQueen... intentando acomodar mis pensamientos. ¿A quién se refería la profesora Azuaje? ¿Presentirá el profesor Jeremías que algo ocurrió en mi visita? Y más importante aún... ¿qué negras blasfemias estará gestando mi secuestradora con la posesión de aquellos libros malditos?


14 de Julio, 2024.

He visto algo verdaderamente horrible. No sabía si era una persona, o la criatura que se disfrazó con el pellejo arrugado de un hombre pálido de cabellera pajiza... cuyos ojos malignos aún destilaban una verdinegra malevolencia en un charco grasiento. A pesar de la perfumada camisa de botones tachonada con medallones de oros de rica simbología, anillos de piedras preciosas, los pantalones oscuros y los mocasines de hebilla plateada... Su hedor almizclado de descomposición no podía esconderse. Las arrugas de su cuello parecían fisuras que transpiraban miasmas de putrefacción... y por dentro se rebullía un ser horripilante que había renunciado al género humano postergando su existencia pecaminosa entre los vivos mediante ritos prohibidos y castigados severamente. Era una perversión reanimada de la fosa, el rostro flácido cuajado de pegamento para disimular las contorsiones típicas de la podredumbre... presto que sus dientes de plata eran lo único visible en su boca negra y purulenta de encías inexistentes y lengua cerúlea.
Se presentó como Benjamín Azuaje, hermano mayor de la profesora que había enfermado de gravedad hace cinco años, decidiendo terminar con su ciclo humano para convertirse en una aberración contaminante... con un corazón inmortal hinchado de magia negra y perversión. Me explicó que no importaba cuáles métodos utilice para momificar su cuerpo nefasto, este se seguía pudriendo... corrompiendo la impresión de consciencia grabada en sus huesos amarillentos y piel curtida con resinas tóxicas. No necesitaba dormir, y los vicios de su anterior existencia le parecían oropeles insignificantes tras la corrupción de su envoltura... y que no había mayor tortura que la monotonía de la putrefacción sin los placeres de la carne.
Por eso, mediante un nauseabundo ritual extraído de los antiguos arcanos del Libro de los Grillos... iba a usurpar mi cuerpo, arrinconando mi espíritu quebrantado en un receptáculo, para volver a refocilarse en los exiguos y efímeros deleites de la vida. Tras la renuncia de su aliento, había conservado sus mancias innatas en la lectura del tabaco y la baraja española, y valiéndose de control mental dominó a su hermana, y la obligó a tomar posesión de su casona para mantener correspondencia con los Magos Negros de Angostura... quienes lo iniciaron en la nigromancia y la hechicería maléfica; demostrando una devoción enfermiza por los Dioses Muertos y los Heraldos del Demonio Meridiano. Según me contó, con la simpleza de un espíritu atormentado por la soledad, abriéndose conmigo después de muchos años de rumiar en silencio con su ingenua hermana... el profesor Jeremías Tscchebanow lideraba un movimiento de ocultistas de diversa índole, en busca de una fuente olvidada capaz de superar con creces su patente de las Baterías de Vacío; un descubrimiento que, en boca de las congregaciones esotéricas, cambiaría para siempre nuestros conceptos del mundo.
El ritual de transferencia requería de un ciclo inflexible de alineación astrológica, y ciertos elementos que debía reunir... pero, que pronto sería celebrado con una espectacular orgía como otros en las festividades egipcias de los salones faraónicos hoy enterrados en la arena del olvido. Estoy tan frustrado, intenté escalar por la abertura del ascensor... pero la trampilla está trancada, y la única puerta de acceso a esta celda subterránea no cede ante mis débiles embestidas.
Quizás pueda escalar por la cadena cuando se abra la trampilla que sube el ascensor y me baja las comidas. Intentaré meditar para que Melquíades se manifieste en sueños a Grecia o el Profesor Tscchebanow, y puedan venir a mi rescate... Extraño a mi papá. Ojalá él pueda venir y vencer a este terrible Nigromante, pero hasta los milagros tienen límites...

16 de Julio, 2024.

He notado que un Dominio está interrumpiendo mi concentración, pues soy incapaz de conjurar... cuando aquel individuo cargado de pestilencia entra en la habitación. Lo estaba esperando de cara al portal, y enseguida entró... hice ademán de dispararle una flecha al entonar el Cántico de Hestia; pero una corriente invisible había disipado todo rastro energético. Me sentí como Jacobo intentando pelear con el ángel de Dios... prisionero en un cadalso empotrado sobre siete clavos de holocausto. 
Así como he preparado el departamento con la presencia de Melquíades, el cadáver andante de Benjamín Azuaje ha erigido un poderoso Dominio en sus terrenos... ¿Y qué perversiones incorpóreas danzarán en la oscuridad bajo su Potestad? Parece capaz de anular mis conjuros con miradas inquisitivas, imprimiendo su voluntad en aquel plano invisible y liminal donde se oscilan la ondas energéticas y las permutaciones... que se reflejan en nuestro mundo con manifestaciones físicas. Estoy seguro que pronto vendrá el día de mi sacrificio... Algo grande se está preparando afuera, pues escucho la agitación del ir y venir a través de las paredes. Sin duda he perdido la noción del tiempo en esta oscuridad...

¿17 de Julio, 2024?

Me he reventado la cabeza pensando en formulas capaces de anular las prolongaciones impías de la vida... Estas corrientes persas se han diluido en el acervo de saberes europeos venidos a estas tierras en embarcaciones comerciales por el Río Orinoco; cuyos manuscritos impresos en la India recogen manifestaciones del Mal en un ciclo mitológico de miles de años... proclamando oscuras divergencias entre los genios del desierto y las fantasias de sultanes arrogantes.
Quizás pueda quebrantar la Atadura Terrenal que mantiene unido sus recuerdos con el cadáver inhiesto, y evaporar aquella presencia maligna bajo el sol de la Tierra... Recuerdo que en Ciudad Zamora y el Llano Negro, los sepultureros tienen por costumbre clandestina el clavar una estaca en el pecho de los muertos... y evitar que su espíritu se levante para llenar la fosa con la sangre de sus familiares. ¿Tendré la fuerza suficiente para apuñalar el corazón de ese sujeto? No veo ningún arma que pueda usar en esta celda.
Viene alguien...

18 de Julio, 2024.

He sido testigo de prodigios para los que no existen métodos científicos capaces de explicar su significado. La puerta efectivamente se abrió a la noctámbula Hora del Diablo, y al ver la figura desagradable de floja fisionomía me lancé... empujado por un valor nacido en el encierro y la reflexión. Quería aplastar al cadáver viviente con mis manos, pero me fue imposible acercarme... Combatí su mesmerismo apretando los dientes y sugestionando mi propia repulsión por su carne maloliente con el anhelo de libertad. Él debió notar esta confrontación interna con una posible hipersensibilidad, casi telepática, que le permitía conocer mis intenciones... y murmuró una retahíla de palabras acuciantes en una lengua horrible y demoníaca, solamente pronunciada en los negros bajíos del Infierno, preñado de demonios ciegos y degenerados. Me espante, y retrocedí... escuchando el silbido demencial de un ventarrón exhumado de una fosa... que me embistió como un muro derruido de cara al sotavento de poniente. No puedo describir cómo aquella ráfaga de podredumbre me hizo sentir, pues nuestra trifulca fue más mental que física... Nos miramos largamente, mientras el viento feérico soplado por sus malignos íncubos azotaba mis hombros y mi frente. 
Quería y debía resistir a esa opresión... pero cedía con el quiebre de mi propia voluntad. Hasta que el Profesor Tscchebanow apareció como una impresión fantasmagórica, para mí una absoluta aversión que me arrancó un gemido de espanto... pues su materialización repentina en una esquina de la habitación hermética me hizo preguntarme hasta qué punto mi mente era afligida por las ilusiones y los espejismos. La reacción de Benjamín debió ser similar a la mía, pero no estoy completamente seguro... El profesor Jeremías Tscchebanow vestía su camisa oliva abotonada hasta el cuello, con las mangas recogidas hasta los codos y los pantalones grises arrugados. Reconoció la situación, intuyendo una fatalidad, y retó al Nigromante con la mirada inflamada. Es bien sabido, que los tres dones de Dios son: la Ciencia, que corresponde al conocimiento de lo sobrenatural; la Fé, la capacidad de obrar milagros; y la Profecía, el poder de transmitir los mensajes del Espíritu Santo... No sé realmente qué esperaba, pero el profesor se limitó a desenfundar una Pietro Beretta de su bolsillo, y abrirle agujeros en el pecho al cadáver. 
Me tapé los oídos ante los fogonazos con los ojos apretados, mientras escuchaba gritos... y creía ver crestas agitarse en el aire como pústulas de calor. Nunca he sido una persona sensible a lo sobrenatural, pero en esa ocasión pude vislumbrar una ventana directa a los terribles vectores que escapan a nuestros sentidos inferiores... y no hay palabras para transmitir la pulposa iridiscencia de seres que se retuercen en el aparente vacío. Había una niebla roja... y un vapor nacarado que fluía de las grietas del suelo. El Profesor Tscchebanow me tendió un brazo, y me pidió severamente que cerrara la mente...
Solo puedo decir que no creía en el fenómeno de la desmaterialización, pero que fui transportado a ciegas, conteniendo la respiración... por un pasaje estrecho, con la claustrofobia de atravesar túneles ocultos entre las paredes de los castillos medievales. El olor a queroseno me aturdió, y tengo la sensación de haber recorrido grandes distancias en pocos segundos... porque abrí los ojos en la quietud del laboratorio en la Torre Universitaria, posado sobre un Círculo de Transmutación muy peculiar. Había sido testigo de dos fenómenos físicos para los que la ciencia y la razón aún no están preparados: la Desmaterialización, y la Transportación.
Mis concepciones intelectuales sobre la Física y la Química Orgánica contradicen lo que en la práctica sucedió hace pocas horas; es decir, la distensión molecular y su aceleración a través del espacio, como las ondas de taquiones, rebasando sólidos y volviendo a unirse sin perturbar la integridad de la entropía. ¿Existirán métodos para violar las leyes naturales, o serán los fenómenos metafísicos una ciencia trascendental que se puede interpretar de diferentes formas? Estoy muy cansado para seguir devanando mis sesos... 

20 de Julio, 2024.

¡Mi padre ha regresado! ¡No sé cómo pero ha viajado de Montenegro a Puerto Bello para quedarse unos días conmigo! ¡No lo podía creer! Está más flaco y encorvado, y sus ojos ahora destilan un brillo grasiento... pero está aquí, conmigo. Me esperaba en la entrada del departamento tras regresar del laboratorio... y me dijo que se quedaría en un albergue cercano durante un tiempo para supervisar mi progreso. ¡Tengo tantas ganas de hablar con él! ¡Vamos a salir juntos a pasear por los Azulejos! ¡Debo contarle todo lo que he aprendido!

(Más tarde).

Finalmente regresé, y debo admitir que mi padre nunca me había escuchado con tanto interés... mientras caminaba encorvado con los ojos entrecerrados. Sigue siendo más alto que yo, pero la debilidad de su postura lo ha acercado al suelo. Le conté sobre mis prodigios con el Elemental de Fuego, mis rudimentos en la Magia Apotropaica, mi interés en los Sigilos de la Goetia y mi reciente estudio sobre las religiones afrocubanas que pululan en la Montaña Sorte y Quibayo. Le hablé de mi dominio sobre el latín, el griego, el inglés y mi inmaduro hebreo... y sentía su sonrisa de orgullo con un candor inusitado que conmovía mi espíritu. Me ahorré los malos tragos y sinsabores de mi estadía... y comprendí que mi padre estaba viejo. Se veía tan cansado, que debía aminorar la marcha para no dejarlo atrás. Ojalá pudiera cuidar de él, pero... ni siquiera puedo cuidarme yo solo.
Debo seguir aprendiendo y trabajando.

21 de Julio, 2024.

Apenas conseguí dormir anoche, Melquíades se comporta como un gato asustadizo... percibiendo una amenaza en la atmósfera cercana. He escuchado las noticias en la radio de la patrona, y un incendio se desató en la casona de la profesora Azuaje, los bomberos intervinieron pero fueron incapaces de apagar el fuego... por lo que el sitio ardió hasta sus cimientos. La policía recuperó el cuerpo carbonizado de la mujer, pero nadie habló sobre un cuerpo putrefacto... por lo que permanecí inquieto hasta que el reporte culminó con una oleada de asesinatos en Ciudad Zamora. 
Hablé con la jefa del restaurante, y le expliqué mi peculiar situación... ella pensó que estaba en problemas ya que la patrona avisó de mi ausencia con antelación. A pesar de la regañona, me permitió conservar el puesto en la freidora... pero no tendría día libre por un mes. Me tragué el orgullo, y trabajé hasta más de la medianoche... y cuando regresé no ví al pájaro negro. 
Buenas noches. 

22 de Julio, 2024.

¡No dejan de perseguirme las desgracias! ¡¿No es suficiente que debo preparar dos exposiciones semanales?! ¡Me duelan los dedos de tanto escribir! Acabo de regresar corriendo del restaurante tras una jornada fatigosa de fin de semana... porque el condenado pájaro me ha dado un susto de muerte.
¡El corazón me palpita como si fuera a sucumbir por un infarto! ¡Era tan horrible y su chillido, parecido al grito de un niño, aún resuena en mis tímpanos! ¡Juro que me estaba esperando, posado sobre uno de los faroles de la plaza de Villarreal Norte! ¡Lo miré fijamente con turbación, estudiando sus alas grotescas de grandes plumas! ¡Debía pasar justo debajo de aquel farol para atravesar una gruta entre los edificios y llegar a mi departamento! ¡Justo cuando pasaba bajo sus garras se abalanzó sobre mí con ese indescriptible canto! ¡Era una masa de más de diez kilos de plumaje negro! ¡Y tenía cara de hombre! ¡Que horrible era su cara de diablo! ¡Salí corriendo con aquella encarnación del Mal picoteando mi cabeza! ¡Corrí con el corazón desbocado hasta llegar al edificio y subir corriendo las escaleras! ¡No dormiré hasta que...!
¡Mi padre está aquí! ¡Es su voz la que me llama detrás de la puerta! ¡Gracias a Dios!

23 de Julio, 2024.

Nada puede apaciguar la tristeza que siento... Dos muertos yacen tendidos en mi habitación, y está amaneciendo tras una noche de terror.
Debo escribir y poner en orden mis ideas, pues le he pedido a la patrona que llame al profesor Tscchebanow para que venga a asistir mi desgracia. Me creía a salvo en mi departamento con el sabueso espiritual de Melquíades atado a la estatuilla, y cuatro pisos separado del suelo... Ya no sé quién soy y por qué vine a este mundo. Estoy tan decepcionado de mi vida que lo único que puedo hacer es recostarme en el suelo y llorar...
Anoche le abrí la puerta a mi padre, cuya visita nocturna me tomó desprevenido tras el terrible susto que me provocó el pájaro satánico. Vestía su levita descolorida ceñida con un cinturón de cuero sobre calzones negros; decorado con uns estola que en el pasado debió ser roja... pero que relucía desteñida de un violeta pardo. Estaba terriblemente viejo, con la mandíbula caída y los dientes sobresalientes... convertido en una piltrafa de pelo blanco y ojos jaspeados, sostenido por un bastón de caoba cuyo puño era una calavera de fiera ribeteada de argollas metálicas. Se había erguido, y me mirada con un fuego pálido enervado en sus pupilas... Estoy llorando mientras describo aquella imagen gloriosa, pues el Hechicero Augusto García solo se vestía con su túnica ceremonial y empuñaba su báculo cuando estaba por asistir a un evento importante.
—¿Papá? —Fue lo único que pude decir...
Antes que me tocara el pecho con la calavera de tigre, y fuera proyectado al suelo... como empujado por un hombre de más de cien kilos. Caí en el frío cemento, boqueando por aire y retorciéndome de dolor. El hombre entró en la habitación y cerró la puerta, rápidamente dibujó un Signo sobre la entrada... que más tarde descubrí su función de bloquear toda filtración de ruido. 
Me abracé las costillas, intentando alejarme con las piernas, arrastrando mi espalda por el suelo... pero aquel hombre me detuvo con su mirada inquisidora. Me apuntó con el bastón, y los miembros se me quedaron rígidos al costado... en una parálisis de somnolencia. Lo único que podía mover eran los músculos oculares... Lo ví rodear mi cuerpo, taconeando el suelo con la punta del cetro.
—Lo siento, hijo—confesó, incapaz de mirarme a los ojos—. Pero, está es la única razón por la que se te dio la vida. Mi envejecimiento se ha apresurado, y temo que fallezca en cualquier momento de no... 
—¿Papá? —Conseguí decir...
—Debía sacarte de Montenegro—declaró, con los ojos bien abiertos—. Los Brujos del Sorte estaban sospechando... Siempre han chismoseado sobre nosotros. Sobre lo que bajó de las estrellas esa Noche de Creación. Te han puesto apodos horribles como engendro, bastardo o... homúnculo. Pero ninguna conjetura se acerca a la verdad... Tú eres yo, Simón. Esa es la única certeza. Aún no tenía la fuerza. Pero, sí no lo hago está noche... entonces yo... 
Se cubrió la boca con una mano arrugada de largos dedos, y dos lágrimas corrieron por sus mejillas flácidas como cera derretida. No podía pensar... salvo en la destreza de los pulgares: seguían moviéndose a pesar de la rigidez. La parálisis no era total, y aún podía mantener la cordura. Me aferré al pensamiento... y entoné para mis adentros el Cántico de Hestia, reflejado en mi memoria. Imaginaba un fuego creciendo alrededor mío, protegiéndome como una malla boreal... Dando vigor a mis músculos aguerridos, aquel hombre notó mi intento de deshacer el maleficio y se precipitó con un arrebato: su pie se estrelló contra mi rostro y sentí el hueso de mi nariz partirse con un crujido húmedo. La impresión del dolor físico no fue tan profundo como el impacto emocional que sentí... pues era el primer golpe que me padre me daba en la vida. Él también se conmocionó ante tal acción, y retrocedió tapándose la boca con los ojos dilatados... como olvidando que me mantenía petrificado en el suelo para una maléfica brujería, como el pecaminoso sacrilegio de Balaam contra el pueblo de Israel. 
Como movido por hilos invisibles, conseguí levantarme del suelo y lo único que se interpuso entre aquel hombre anciano y yo era el cetro. Erigido entre ambos como un muro infranqueable sostenido por dos pugnas... La sangre entraba en mi boca... y todo se redujo a un empujón. El hombre resbaló y cayó de culo con un quejido... su cabeza rebotó en el suelo con un crujido y quedó tendido, desconyuntado. Una burbuja de sangre se infló en sus labios mustios y estalló con un burbujeo...
No podía creer lo que veía. El hombre que me había criado como su hijo yacía en el suelo con el pescuezo torcido y los ojos muertos... Retrocedí con las manos en la cabeza y los ojos nublados de lágrimas. Para mí seguía siendo el único padre, hermano y amigo que había tenido en la vida... Si dejé escapar un grito nadie lo escucho. Creía que todo había terminado para mí... hasta que el horror se manifestó de una manera imprevisible que aún no puedo entender. 
El cuerpo del hombre se estremeció en una convulsión espeluznante. Sus miembros se retorcieron y sus costillas crujieron con chasquidos húmedos... como una crisálida sanguínea... y lo que fluyó de aquella boca fue como un manantial de brea hirviendo. ¡Ojalá pudiera describir el terror de aquel avistamiento! La garganta se hinchó, la boca se abrió, rompiendo las mandíbulas y  las articulaciones del cuello se torcían... mientras emergía de su interior un ser alado e infame: un plumaje azabache y un rostro humano que reconocí por su familiaridad, deformado por la crapulosa transformación. La nariz ganchuda, las arrugas profundas, las entradas de la calvicie y las mejillas flácidas del Hechicero García. 
Grité de espanto, y con un suspiro de plumas... aquel pájaro demoníaco levantó las alas con las garras en alto. Un picotazo me alcanzó en la coronilla y mi visión se cubrió de rojo... mientras giraba en un baile salvaje con el pájaro en las manos. Lo aparté de un manotazo, y salté atrás resbalando con una viscosidad del suelo... en plena catarsis, levanté las palmas y exhalé en nombre de los Dioses del Fuego. Una chispa hizo ignición, y me levanté de un salto...
—¡Marte! —Conjuré a grandes voces, para hacerme escuchar sobre los chillidos diabólicos de la arpía—. ¡Fuego y sangre! ¡TE INVOCO PLANETA ROJO QUE DESTILA IRA DESDE EL CIELO! —El pájaro negro se elevó, perseguido por bailarines naranjas, chocó contra el techo y giró por la habitación en un caleidoscopio de terror—. ¡VIDA Y MUERTE! ¡VULCANO Y HESTIA! ¡MARTE GLORIOSO QUE CONSUME CON SU FUEGO SALVAJE! —Cayó arrastrándose, batiendo sus plumas, intentando alzarse y sucumbiendo entre el humo y los chillidos ensordecedores—. ¡DIOS VERDADERO! —Un grito cuasi humano me estremeció el corazón, y aquel espectro me miró fijamente con su rostro de hombre viejo inflamado de odio—. ¡DIOS DE LAS ALTURAS QUE REINA SOBRE LOS QUERUBINES Y LAS POTESTADES! —Me acerqué con un pisotón, y el endriago porfiado protestó envuelto en llamas—. ¡DIOS QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO! ¡TRAE TU LUZ DIVINA!
Pero el pájaro estaba muerto, chamuscado con un hedor a pelo quemado repulsivo... Era tan grande como un niño pequeño, y despedía un humo violeta de olor almendrado. Enseguida, lo cubrí con una sábana... y le pedí a la patrona llamar al profesor Tscchebanow con carácter de urgencia. 
Escribo esto mientras recorro la habitación a zancadas, esperando... Solo esperando.

(Más tarde)

Envolvimos el cuerpo de Augusto García en una sabana y lo lanzamos al río antes de las siete. El pájaro había desaparecido bajo la sabana, convertido en vapores nocivos durante mi enajenación... y el profesor Jeremías me aconsejó limpiar todo, y no contarle nunca a nadie sobre lo sucedido. No sé qué pensar... No sabría por dónde empezar. He perdido toda razón para vivir... Yo solo quería convertirme en un hombre que él pudiera admirar. 

2 de Agosto, 2024.

La monotonía me ha envuelto, y vivo por inercia como los desdichados. Estoy muerto en vida como ese Nigromante... solo que mi putrefacción es espiritual. Se supone que yo soy una parte de mi padre, engendrada de su sangre... por lo que me he asesinado a mí mismo. No tengo ganas de escribir o de leer... y he dejado de asistir a la mayoría de clases. Tampoco quiero trabajar, y debo suponer un esfuerzo tremendo para levantarme de la cama solo para lavar mis dientes... Estoy solo en este claustro, y Melquíades se debate en el olvido de mis recuerdos. Voy a seguir durmiendo... Estoy muy cansado. ¿Por qué tuve que resistir? ¿Por qué sigo vivo? ¿Quién me dijo que merezco vivir?

14 de Agosto, 2024.

Grecia ha venido a verme por petición del Profesor Tscchebanow. Me trajo una montaña de tarea, y me explicó que no he reprobado las materias porque ella ha estado incluyendo mis datos en diversas actividades.
Me preguntó cómo puedo vivir encerrado con solo una colchoneta y una cubeta de agua... Ella solo juzga y no entiende cómo me siento por dentro. Me han extirpado el corazón... y por mis venas no circula sangre, solo tristeza líquida. 
Aún así, reímos un rato y compartió sus experiencias con los nuevos profesores. Dijo que volvería para sacarme a comer algo. 

15 de Agosto, 2024.

Esto es horrible... Creo que estoy condenado a la desgracia perpetua. ¡Llevo tres días vomitando gusanos... y sacándome nudos de pelo del fondo de la garganta! ¡Esto no es una enfermedad! ¡Es un maleficio que intenta matarme! ¡Grecia ha venido, pero le he pedido que se vaya! ¡Hoy no puedo soportar a nadie! ¡Alguien toca la puerta!

(Más tarde)

Es él, ha regresado de las profundidades del río... rezumando podredumbre de su piel grisácea. ¡Se abalanzó sobre mí como una montaña de carne podrida! Ha intentado estrangularme... y lo he arrojado por las escaleras. ¡Intenta hablar, pero sus ojos muertos de hinchados globos oculares no tienen inteligencia! ¡Su fuerza es implacable, pero le he detenido! ¡Regresará, yo sé que regresará! ¡No importa cuántas veces lo tire a la fosa y lo corte en pedazos! ¡Se recompone de sus piezas y sigue avanzando con la voluntad perversa del Maligno! ¡Melquíades me ha prestado su poder para detener su maldición! ¡Le hemos prendido fuego y reducido a cenizas en un holocausto inquisitorial! ¡Conservaré sus ascuas en un frasco como recuerdo fúnebre de su legado! ¡No existe Atadura Terrenal que pueda reanimar el polvo! ¡Lo confinaré de manera que ni la Fórmula del Dragón Rojo pueda invitarlo otra vez! ¡He ganado yo, papá! ¡No dejaré que te levantes de tu tumba para continuar este escarmiento! ¡Seguiré viviendo y quemando los pedazos de ti que asomen, egresando de las aguas negras del río! ¡Voy a execrar tu perversa voluntad! ¡Seré un hechicero más poderoso que tú! 

29 de Agosto, 2024.

No he escrito desde hace tiempo, es que me ha tomado mucho esfuerzo enderezar el carril de mi vida en Puerto Bello. Los deberes de la universidad finalmente me han dejado tiempo para reunirme con mis pensamientos. Estamos trabajando en algo verdaderamente grande allí en la Torre Universitaria... ¡Nadie puede saberlo!

5 de Septiembre, 2024.

El profesor Jeremías es un genio incomprendido, y juntos hemos ideado un Círculo de Invocación como nunca se ha registrado en los anales de la historia... Hemos estudiado las oscuras profecías de la Biblia y las revelaciones en los rollos del mar muerto con tal de extraer los diagramas necesarios. Cada día estamos más cerca de la Gran Revelación: nuestra Opus Magnus, al fusionar los principios científicos con las extravagancias del Misticismo.
Su investigación se ha centrado por muchos años en la apertura de ventanas a rincones lejanos del firmamento. ¡Él es el Melquisedec bíblico! ¡Es la respuesta a todas nuestras interrogantes cósmicas! ¡La Puerta de Dios! ¡Los arqueólogos que dinamitaron las cavernas en los Andes encontraron unos mauseleos ciclópeos tan profundos que se perdían en las inmensidades del subsuelo! ¡Los bajorrelieves retratados en las paredes cuentan epopeyas milenarias que me asustan profundamente! ¡Pero, no puedo contar mucho sobre ello! ¡Tenemos pautado el día y la hora del gran final! ¡Se pronostica una tormenta eléctrica muy poderosa!

15 de Septiembre, 2024.

La Gran Revelación fue plasmada por Elías y Moisés en sus manuscritos apócrifos sobre la noche liásica en la que se originó el tiempo. La aurora supersticiosa que rodea aquella necrópolis antiquísima en la cordillera de los Andes... exacerba concepciones sobre arquetipos anteriores a la vida terrena. La liturgia compone un légamo de criaturas impensables, de naturaleza divina imposible de configurar para nuestras mentes subdesarrolladas, que gobernó—y aún pervive—, en las evanescentes aberturas del caótico cenagal que compone la materia cósmica.
Hemos preparado la rampa magnética y ubicado los pararrayos en la Torre Universitaria durante este anochecer paleógeno; mientras resuenan los cañonazos celestiales y es arañada la cúpula nubosa con escarceos electromagnéticos. El Círculo de Invocación es un vertiginoso dístico capaz que podría aperturar una tronera a los espacios limitados donde se expande y llora el inmemorial Demiurgo. Somos como los Profetas Elías y Elíseo subiendo a los altos Montes para encontrarse con la carroza de fuego de Dios... No hay poder en la Tierra que pueda compararse a la encarnación divina que estamos por invocar, y no hay prisión en el universo que se compare a nuestro claustro tapizado con los más gloriosos Sellos de Salomón y los Sigilos de Fuerza. 
¡La rampa de levitación magnética se ha encendido! ¡Voy detrás del profesor para elevar el pararrayos a la inmensidad del Cielo! ¡Se puede sentir la presencia seráfica en las lenguas del Espíritu Santo... que llegan a nosotros desde la avenida. ¡La manifestación del caos primordial y la armonía hegemónica! ¡En cualquier momento caerá el primer rayo! 

(Más tarde)

¡El profesor lo ha visto y ha desaparecido! ¡Ha sido arrebato de nuestro mundo por una fuerza superior! ¡¿O ha sido vaporizado en un ultimátum cuántico?! ¡La impresión me ha cegado por horas! ¡He visto el final del universo y ha trascendido más allá de la vida como los Elegidos! ¡Ahora yace a la diestra del Altísimo junto a Enoc, Daniel y Pedro! ¡Pero, yo he sido condenado con una visión perturbadora e imborrable que atormenta mis retinas! ¡El coro de protestantes lo ha visto descender envuelto en una nube, pero yo lo pude observar en su amébica totalidad! ¡Es una blasfemia  geométrica que ni siquiera los dos testigos del Apocalipsis podrían soportar! ¡El solo recordar sus contornos creacionistas es suficiente para que desee la muerte y el destierro al rincón más remoto del Averno! ¡Los serafines son entidades imposibles y obscenas que desafían la lógica humana y las mutaciones transespaciales! ¡¿Cómo será el rostro fulminante y errabundo de Dios?! El profesor Jeremías Tscchebanow se acercó demasiado a la revelación, y resbaló a un abismo insondable de quimeras incognoscibles... mientras que yo miré, fijamente en la distancia, a la bestia que emergió de la fosa para recibirlo.
Los que me encontraron, dicen que tengo el pelo blanco como un centenario... Temo ver mi reflejo, y caer fulminado por el horror. Me van a internar porque no entienden mis explicaciones... sobre otros universos anteriores al nuestro. Sobre períodos ajenos a la existencia de la materia y la luz... ¿Qué tan terrible es nuestra insignificancia ante las otras creaciones divinas del Altísimo? Son entidades cuya posible existencia me hace temblar. El Ángel Metatrón, el Serafín del Registro... Tiene una lengua y un ojo por cada ser humano que haya existido; aunado a los serafines que custodian el Árbol Primordial, cuyos múltiples rostros causan locura... Porque hasta los visitantes de otros mundos se espantan por el nombre de Jesús. 

El texto fue requisado por la autoridades, y el joven veinteañero conocido como Simón García—encontrado por los oficiales que dispersaron la revuelta cristiana desatada en las afueras del perímetro universitario, en un deplorable estado de alienación sumado a un inexplicable envejecimiento prematuro—; fue trasladado de inmediato al Psiquiátrico Bolivariano de Ciudad Zamora... donde recibió tratamiento por un mes hasta que se fugó en misteriosas circunstancias, relacionadas a fallas eléctricas. Hasta ahora, no ha sido encontrado... y ningún investigador ha descifrado los enigmáticos símbolos que dejó en su celda de confinamiento. 

El Sepulturero de Puerto Bello


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