El objetivo de este manuscrito no es desalentar los avances en la decodificación de sueños que los neurocientíficos del Instituto Tecnológico de Puerto Bello han logrado mediante la implementación de resonancias magnéticas y software de computadora... para escanear los cerebros dormidos de los voluntarios.

Solo es un breviario que intenta hallar una explicación a ese horror ominoso que surge en las profundidades del inconsciente colectivo, y se manifiesta en los sueños de los hombres a través de pesadillas y parálisis físicas. Fui analista de muestreo en el recién fundado Departamento Universitario de Investigación Onírica, y mediante innumerables encuestas y tablas estadísticas... he llegado a conclusiones aterradoras sobre el extraño y desconocido umbral que nos aguarda al cerrar los ojos durante la noche. El individuo común se aterra al suponer que las pesadillas que lo atormentan... podrían manifestarse en reinos inferiores de locura, cuya influencia indirecta en el subconciente universal, puede palparse cabalmente al desentrañar los tormentos nocturnos de terceros. Por ejemplo, incontables personas han soñado con el incognoscible Hombre del Sombrero... pero, solo unos pocos sospechan las verdaderas intenciones detrás de esta presencia subliminal.

Mi nombre es Miguel Sánchez, y para la obtención de mi Maestría en Psicología Clínica... fui enviado al Instituto Tecnológico de Puerto Bello con una carta de recomendación de Alberto Fuenmayor, rector de la Universidad Oriental de Ciudad Zamora. Me había desempeñado por un año como consultor en el Psiquiátrico Bolivariano, cosechando una carta de clientes favorable y una lista de contactos confiable; pero antes de inaugurar mi propio consultorio privado, quería obtener un certificado de prestigio. Mi postulación fue aceptada en el programa de postgrado académico, y me delegaron como analista de muestreo en la experimental Investigación Onírica, financiada por Negocios Rossetti.

Esta investigación científica orientada al avance de la neuropsicología, había comenzado con la implementación de un método innovador basado en inteligencia artificial que permitiría visualizar los sueños humanos. A través de resonancias magnéticas y algoritmos avanzados, esta tecnología buscaba decodificar lo que ocurría en la mente al dormir mediante un algoritmo que permitía identificar y reconstruir imágenes nítidas a partir de la actividad cerebral.

Durante la fase experimental, mediante tecnología de resonancia magnética funcional, los científicos registraron la actividad neuronal de universitarios voluntarios durante las primeras etapas del sueño; solo para despertarlos en la fase REM—etapa en la que los ojos se mueven rápidamente, los músculos se paralizan temporalmente y la actividad cerebral es similar a la de la vigilia—; momento en el que ocurren los sueños más vívidos. Para después pedirles que describieran sus impresiones oníricas, y relacionar la actividad cerebral con sus descripciones para entrenar el algoritmo de Inteligencia Artificial. En los primeros resultados, basándose en los patrones de acierto, los neurocientíficos lograron un setenta por ciento de precisión respecto al contenido de los sueños registrados por el computador.

—A partir de la actividad cerebral, pudimos identificar el contenido de los sueños en una coincidencia significativa con los informes verbales de los sujetos—explicó la profesora Angélica Yanez, líder del estudio—. Las imágenes proyectadas en el monitor podrían tener aplicaciones revolucionarias en el campo de la psicología clínica y terapéutica.

Mi cargo como analista correspondía al estudio de tablas de muestreo tomadas por pacientes entrevistados antes y después de las pruebas. Estas estadísticas relativas a los sueños registrados podían contener patrones un tanto horripilantes en sus coincidencias descriptivas. En el descenso al oscuro reino de las fantasías noctámbulas, solo era cuestión de tiempo—o espacio—, para el encuentro con sus habitantes de pesadilla. Las pesadillas más comunes presentes en las cifras eran las persecuciones de animales salvajes o el encuentro con seres ponzoñosos cuya aversión estaba fuertemente grabada en el inconsciente del individuo; otras, incluían escarmientos pasados que aún fustigaban el alma... pero existía un credo ultraterreno de concepciones bizarras que el computador traducía como señales de indescriptible terror, impreso en la primitiva amígdala del cerebro. Estas enajenaciones quiméricas evaden la racionalización que tenemos sobre la naturaleza del sueño, y dan paso a teorías espeluznantes sobre entidades coexistentes en una dimensión inferior y liminal a la que nuestras mentes acceden durante la desconexión onírica...

—Podría decirse que estamos mapeando las regiones del cerebro—publicó el profesor Reinaldo Castillo en la revista universitaria—. Las resonancias magnéticas permiten medir de forma indirecta la actividad en cada parte del cerebro cuando la persona es sometida a una tarea visual... descubriendo las claves para la traducción de sueños.

Este ambicioso proyecto daba una nueva dimensión a las aventuras empresariales lideradas por Negocios Rossetti, que anteriormente había desarrollado una interfaz cerebro-ordenador capaz de recopilar los recuerdos en perfiles neurales. La Corporación Shengou, gigante farmacéutico de China, también estaba incursionando en este campo mediante chips cerebrales multifuncionales. En contraposición, el Laboratorio Politécnico de Nueva Andalucía estaba desarrollando un dispositivo con aplicaciones más desconcertantes para «la inducción de películas oníricas mediante impulsos eléctricos externos descargados en el cuero cabelludo».

El Departamento de Investigación Onírica era clave en aquel movimiento científico que buscaba desentrañar los misterios del legado más antiguo de la consciencia, y las entrevistas que debía clasificar en las casillas digitales de muestras... servían para cartografiar y documentar el complicado alfabeto de esas proyecciones psicológicas. Aún así, existían esferas que escapaban a nuestro dominio, y algunos casos parecían auténticas contravenciones preternaturales... que difícilmente podíamos asociar con los diagnósticos esquizofrénicos o paranoides disgregados por cuadros de estrés post traumático. Estos fenómenos individuales, sustentados por otras rarezas clínicas que más tarde me ví en la obligación de investigar, componían un umbral de horrores inimaginables con los que el equipo científico se encontró al sondear en antiguas leyendas... y que las autoridades universitarias intentaron silenciar con amenazas de desprestigio y eliminación sistemática de documentación.

Gran parte de mi trabajo consistía en el análisis de material audiovisual grabado por los científicos tras el despertar de los sujetos de prueba—algunos sometidos al polígrafo y pruebas mentales—, para clasificar sus experiencias oníricas, las predicciones del algoritmo, y las propias características fisiológicas que componían su personalidad: sesgos de conducta, niveles de psicopatía, traumas, fobias y creencias personales. Los vídeos duraban un aproximado de diez minutos, y comprendían una gran variedad de edades y géneros.... con el propósito de identificar patrones comunes de sueños saludables y posibles síntomas psicosomáticos. 

La mayoría fue terriblemente monótono, y aunque los sujetos investigados seguían patrones de conducta filtrados en diferentes matices... habían metrajes verdaderamente espantosos, capaces de perturbar mi diagnóstico crítico de postura iconoclasta. Aquellos conceptos metafísicos redactados con vehemencia por los ensayistas que se atrevieron a estudiar los sueños de los lunáticos, distaban del pragmatismo clínico requerido... y alumbraron resultados ridiculizados por los neurocientíficos más ortodoxos del instituto. Para mí, la grabación más aterradora que estudié... perteneció a la desquiciada mujer identificada como Olivia Díaz.

Esta entrevista particular fue el inicio de una turbación especulativa entre el hermético círculo de académicos durante el estudio de pacientes neuróticos. Dado al historial clínico propenso a los abusos y al maltratado en la vida de Olivia, por mucho tiempo se creyó que esta predisposición maníaca era producto del estrés acumulado y la ineficiencia de la prescripción de ansiolíticos y somníferos. En la entrevista se aprecia el comportamiento ambivalente típico de una persona trastornada, propensa al llanto ante el menor estímulo y a los accesos de risa eufórica para intentar esconder la internalización de su personalidad. Olivia Díaz había sido llevada a evaluación psiquiátrica por su hijo mayor tras el fallecimiento de un esposo abusivo. La huella indeleble de frustración y violencia estaba demasiado impresa en su personalidad... ocasionando una depresión crónica y un sentimiento de insuficiencia como madre que la condujo a atentar contra su vida varias veces. Los antidepresivos podían regular su comportamiento, pero cada vez necesitaba somníferos más potentes para conciliar el sueño... llegando incluso a necesitar antidepresivos sedativos y antipsicóticos en casos críticos. El insomnio había trastornado a la mujer con alucinaciones psicóticas y comportamientos paranoides... por lo que el estudio de sus indescriptibles pesadillas podría arrojar una pista detrás de esta perturbación.

Tras la entrevista previa, le suministraron vía intramuscular un cóctel de benzodiacepinas y la recostaron en la cámara de resonancia magnética para estudiar las señales registradas por el computador, para su posterior traducción en imágenes generadas por el algoritmo. Durante la fase de sueño ligero y profundo no se percibieron problemas; en cambio, durante la fase REM, la mujer presentó crisis nerviosa y movimientos musculares repentinos... junto con la aceleración de sus signos vitales, y exceso de transpiración. Sorprendentemente, la mujer resistió otros tres ciclos más... durante casi cinco horas, hasta que fuimos testigos de un fenómeno fisiológico poco estudiado por la neurociencia: la parálisis del sueño intrusivo; estuvo cerca de cuatro minutos petrificada, con los ojos pasmados y el cuerpo rígido... agitándose de terror ante la incertidumbre de presencias malignas que suele acompañar esta incapacidad. Al despertar completamente, rompió en llanto inconsolable por más de diez minutos, incapaz de describir la pesadilla recurrente que la atormentó... hasta que se le mostraron los vídeos generados por el algoritmo. Fue entonces que la mujer confesó haber asesinado a su esposo...

No es que Olivia Díaz lo haya envenenado con polvo de vidrio, pues aunque el exámen forense encontró úlceras gástricas que provocaron sangrado intestinal... esto se derivó al frecuente consumo de antiinflamatorios no esteroideos—como el ibuprofeno y el naproxeno—, que lo condujeron a una lenta y dolorosa muerte por hemorragia. Desafortunadamente, el material audiovisual generado por computadora se perdió... pero, la mujer—en un arrebato psicodélico—, reveló a los doctores que una oscura figura de sombrero se le apareció en sueños, como atraído por su prolongado sufrimiento, proponiendo un pacto para «alimentarse» de su abusivo esposo. La desesperada mujer, temerosa por la cólera del hombre con sus hijos, dibujó el Eneagrama de la Puerta utilizando sangre de pollo, pero... tras la desagradable muerte de su cónyuge... olvidó las cláusulas decretadas por aquella entidad, y estaba condenada a un escarmiento espantoso que la destrozaría por dentro. La entrevista concluyó con la intervención de Olivia Díaz, que días después decidió terminar con su vida mezclando alcohol con las benzodiazepinas recetadas para su tratamiento... Su hijo declaró que su madre enloqueció ante la sospecha de cáncer de estómago, por la presencia de «sangre en sus heces».

Según fuentes sociológicas, el Hombre del Sombrero es una leyenda urbana referente a una figura enigmática que aparece en las pesadillas de las personas y las parálisis del sueño. Es descrito como una silueta antropomorfa coronada por un sombrero distintivo, en una postura erguida y amenazante... que suele esperar al pie de la cama, envuelto en sombras, sin decir una sola palabra. Su rostro es un misterio tiznado de negro, pero algunos han visto dos llamas rojas por ojos en su mirada inquietante. Es un fenómeno global, que se teoriza ha estado presente en los terrores pretéritos de la humanidad... apareciendo en numerosas culturas con otros nombres en alusión a su sombrero. Difiere de la Gente Sombra por su naturaleza exclusivamente onírica, pero se asemeja a estos oscuros humanoides tetradimensionales...

Al evaluar nuevamente las entrevistas me encontré con gran número de personas que relataron haberlo visto en sueños o parálisis al menos una vez en su vida; pero ninguno conocía su verdadera naturaleza más allá de las fantasías oscuras. Fue entonces que mi interés personal por esta entidad comenzó a interponerse con mi vida diaria, pues estaba dedicando mucho tiempo al estudio de estas fuerzas desconocidas... al punto de desvelarme registrando las catacumbas de antiguos almanaques como un epicúreo somorgujo. Investigué los crípticos Diarios de Sueños del guayanés Matías Juárez, y descubrí la inusual actividad nocturna de un extinto círculo ocultista en Nueva Andalucía y los asentamientos aledaños... como revisando las crónicas polvorientas de una disputa que pudo haber escalado hasta convertirse en un caos mayor.

Del fuego que encendió Matías Juárez con sus viajes al Mundo Onírico solo quedaban ascuas agonizantes... pues, de los autodenominados «Onírinautas» solo quedaba un enloquecido hombre, preso en el Psiquiátrico Bolivariano de Ciudad Zamora; aferrado afanosamente a las extrañas creencias que impuso esa moda gótica en las grandes ciudades del país... hace más de veinte años. Viajé personalmente al manicomio con la excusa de estudiar a este individuo capaz de prodigios extrasensoriales, y me presentaron ante el maniatado Jefferson Rincones: un hombre delgado y pálido de cabello castaño pegado al cráneo. Sonreía con frivolidad bajo su nariz aguileña, sin despegar sus ojos oscuros de mis anotaciones.

A penas pasaba los veinticinco años, internado por su familia debido a las excentricidad de su vida ermitaña, enteramente dedicada a la confección de símbolos sin significado aparente. Este tipo de individuos, desconectados de la realidad, creía firmemente en los poderes psíquicos... desarrollando una agudeza mental peligrosa.

Grabé nuestra conversación, transcrita en el siguiente informe:

—Matías Juárez era uno de los Elegidos de Odrareg—respondía sin mirarme directamente, apresado en la camisa de fuerza y sedado con una dosis menor—. Cuando publicó sus experiencias oníricas en los foros virtuales... fui uno de los primeros en pertenecer al culto que se levantó a su alrededor. Era un visionario que quería mostrarnos las fronteras que sobrepasan nuestro mundo... cuya belleza era algo que los hombres vulgares apegados al materialismo jamás podrían comprender.

»El Maestro Juárez nos enseñó la Fórmula de la Realidad Deseada para manifestar nuestro deseo de explorar aquellas regiones desconocidas por la razón, y nos legó el Sello de la Puerta, y los poderes esenciales para protegernos de las malignas potestades que gobiernan esta dimensión inferior. En los foros se encendían enconados debates sobre nuestras experiencias... basados en los métodos que nos enseñó. Los de Ciudad Zamora nos hacíamos llamar los Onírinautas, mientras que en Nueva Andalucía y Nueva Bolívar surgieron la Orden Esotérica de Odosha, y los Caballeros Oníricos. Cada uno decían ser los primeros en seguir los pasos del Maestro, pero entre estos círculos de soñadores habían iniciados que poseían dones prodigiosos... cuyos conocimientos tachaban los diarios de fantasías empíricas.

»Cuando Matías Juárez murió, nuestra inherente fraternidad se disolvió y se encarnizaron las discusiones en los foros... escalando a amenazas de muerte que más tarde involucraron verdaderos atentados. A un muchacho en la capital lo desfiguraron con ácido... y a una chica de esta ciudad le quemaron los senos. Durante muchos años, los Onírinautas fueron marginados como un grupo conflictivo de tintes góticos... hasta que la mayoría creció y se dedicó al provecho de la sociedad—soltó una risita desafinada—. Los foros se cerraron cuando esas redes sociales perdieron popularidad... y los Diarios de Matías Juárez pasaron al terreno de la fábula.

»Soy el Último Onírinauta que continúa aferrado a las enseñanzas del Maestro—suspiró, agotado. Estaba a punto de renunciar a la entrevista, cuando una oscura revelación del lunático me congeló la sangre en las arterias—. Temo que la Orden Esotérica de Odosha haya conminado al Hombre del Sombrero para enloquecer a Matías Juárez—hizo una pausa para recordar—. Él me escribió... pidiendo ayuda para componer un Sello de Protección. Los Onírinautas conocían mis viajes recurrentes a la Meseta de los Innombrables para estudiar los murales en el Templo de los Muertos Transparentes. Pero, hay terrores que ni la más refinada de las magias puede detener... y la disolución de las sectas oníricas es la prueba fehaciente de su corrupción inmemorial. Existen pasajes malditos dibujados en sitios crípticos cuyo único vistazo es una sentencia mortal. Una vez ha sido conjurado a nuestro mundo... no existe sello capaz de ahuyentarlo. Se presenta en las pesadillas y se agacha sobre el vientre de sus víctimas para masticar las extrañas. La horrible muerte es inminente... 

La impresión que me dejó estas revelaciones desalentó todo esfuerzo por investigar el misterio de esta entidad caótica que parece confabular con los más desgraciados seres humanos. Había decidido pedir la baja en el programa de investigación, pues tenía los nervios tan destrozados que la menor impresión nocturna era suficiente para trastornar mi descanso... y necesitaba concentrarme en los cursos didácticos para conseguir el postgrado. ¡Ojalá hubiera simplemente renunciado al horror que acecha el umbral de los sueños! ¡Pues una última recaída en aquel abismo de investigación científica fue suficiente para condenar mi alma y la de todos los que alguna vez se encuentran con este texto! ¡Antes de seguir adelante en este sombrío laberinto de revelaciones oscuras debo advertir al lector de un siniestro incidente que condenó la vida de los que estudiaron a esta infame persona! Su nombre fue borrado, y únicamente sobrevivió la transcripción de la entrevista... cuya lectura abre portales a regiones desconocidas habitadas por abominaciones. 

El legajo de hojas impresas que contiene las declaraciones de este brujo anónimo, sobrevivió a la purga masiva que los científicos llevaron a cabo antes de morir espantosamente por causas que los médicos no pudieron explicar. Este incidente fue silenciado por las autoridades universitarias... y la prensa nacional lo encubrió como envenenamiento por residuos tóxicos presentes en el agua del Instituto Tecnológico de Puerto Bello.

«¡Odrareg nevesor toson! ¡Séptima estrella! ¡Transfiguración demoníaca! ¡Excremento de cerdo! ¡Quesillo de sangre!». Con este discurso maldito el brujo condenó a los científicos. Es un portal metafísico de desconocida magnitud. Todo aquel que se atreva a leer estos versos en silencio... será arrastrado por el Hombre del Sombrero, que se abre paso a mordidas a través de su dimensión inferior en una cacofónica pesadilla de terror infinito. Ya he comenzado a ver mis propias heces manchadas de sangre. Estoy condenado, y antes que el ardor en mis vísceras se vuelva insoportable... voy a terminar con mi vida. He vendido a todo aquel que lea este manuscrito a la sombría abominación que encarna este demonio onírico...

No moriré espantosamente como el esposo de la enloquecida Olivia Díaz o esos científicos cuyos intestinos reventaron por dentelladas fantasmales. No existe otra solución que la piadosa Muerte...


El Sepulturero de Puerto Bello


«Gerardo Steinfeld, 2025»

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