Crónicas de Ciudad Zamora: El Asesino del Infierno

IV.

Todo fue culpa del maldito gobierno; repetía aquel déspota que se hacía llamar la Bestia Albina desde su frecuencia de radio, en algún punto de la frontera amazónica: Rómulo Marcano fue la consecuencia de una política chafa, que buscaba enriquecer su círculo a expensas del deterioro socioeconómico en el que tarde o temprano caería una infraestructura frágil, dependiente de los hidrocarburos en un mercado que buscaba sobajarlo... pero todo se remonta al descubrimiento de los incansables yacimientos petroleros de la Faja Bituminosa del Orínoco, y el reviente de pozos hace cien años; cuando los malparidos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez le vendieron el país a los gringos de mierda, con su concesión de licencias de explotación a empresas extranjeras; malditos locos, de pana; sí, al principio ayudó a un país anegado por los cien años de Guerras Federales, y las revueltas del caudillismo; los rumores de la mayor reserva de petróleo del mundo, comprometió los intereses de países poderosos a intentar convertir nuestra nación en una colonia de extracción... quizás el dictador Marcos Pérez intentó restaurar la soberanía, pero la ficción continuó en una baraja de poderes para seguir extrayendo nuestras riquezas al exterior... y todo se remonta a la derrota de la Armada Invencible, la bancarrota de la Corona Española y el fracaso en la instauración de los Estados Unidos del Sur... y seguirá, y seguirá... porque Sudamérica es una cueva de barbarie, un despojo de colonias que siguen alimentando las brasas del Primer Mundo. 

Cambié la emisora, observando el reverberar de los automóviles en la Avenida San Francisco, que conducía al Bulevar de Vista Hermosa, donde aún se estaban oficiando las exequias en honor a los once niños muertos en el atentado; cuya explosión aún resuena en los tabiques de vidrio, y las techumbres de lámina; y cuyos cuerpos despedazados continuaron esparcidos alrededor de la bomba como adornos macabros... por el ínfimo pecado de estar pateando la pelota en el momento equivocado, reunidos sobre la cancha de asfalto para celebrar aquel ritual inconsciente de pasión juvenil... y que terminó con la detonación de un artefacto armado con trescientos gramos nitroglicerina, capaz de arrancar los brazos y reventar los ojos de cualquiera cercano a su expansión; un siniestro terrorista nunca antes visto en la taciturna Ciudad Zamora, señalando como culpable al Asesino del Infierno y al Combo de Boliqueso; y ocasionando un estado de nerviosismo en las madres del barrio, y revolucionando a las autoridades tras la pista de estas figuras tenebrosas. Las especulaciones parecían desempolvadas del cajón del olvido, de esa época aciaga en que la magia negra cubría el cielo nocturno con un enjambre invisible de infinito terror: todo esto está de la verga, va a haber mierda con sangre en la ciudad, ya verán... Esos asesinatos los comete la Sociedad de la Mano Izquierda, esos cabrones de la masonería, todo es un complot de esos brujos satanistas, pero Dios es grande y poderoso; y señala el Alcalde Raúl Gómez: esto no se va a quedar así, vamos a encontrar a los responsables, vamos a meter en la cárcel a todos los implicados en estas crueldades, lo va a pagar caro la banda criminal del delincuente identificado como Juan Resplandor, alias Boliqueso, ya lo tenemos fichado en su escondite, y lo haremos pagar; y el detective David Oronoz aparece en primera plana junto al alcalde y su comitiva: somos la luz de Guayana, y nuestro trabajo traerá la paz a la ciudad, personajes como el Justiciero Nocturno y el Asesino del Infierno pagarán por su crímenes; y más abajo: ¿El Justiciero de Ciudad Zamora es un recluso fugado del Psiquiátrico Bolivariano? Crisis en Europa por agresiones del Panarabismo en su absorción de países satélites... Se reportan redes de trata del Barco de Nueva Andalucía en la Selva del Darién...

Perdón por romperte el corazón, mi amor, es que no soy nadie, nunca seré nadie; aparte de eso, no quiero ser solo nadie, pues guardo dentro de mí todos los sueños del mundo... y muchos más romances tristes que se desvanecen en la negrura de la separación, y los millones de migrantes vagando desconsolados por los caminos verdes del Darién y las selvas tomadas por los guerrilleros y bandas criminales, que violan y roban a todo aquel desprevenido, y atestan los senderos con porquería y los arroyos con cadáveres putrefactos, y niños descompuestos en fosas, y carpas cerradas que resguardan antiguos horrores; y cantos nocturnos alrededor de fogatas bañadas con la grasa de los degollados, y la crápula de las brujas de túnicas negras, y las sombras tridimensionales que susurran en las tinieblas llamando a los desamparados; y los desmembrados arrebatados por extraños depredadores, que se dice son nativos transformados por hierbas mágicas en animales grotescos, para saciar sus lubricas asesinas... y las ánimas condenadas a recorrer cada amanecer el mismo paso en el que murieron; y las migraciones dejaban los caminos de lodo tapizados de desperdicios, ropas mugrosas y osamentas resecas; y los ríos amarillos arrancaban niños de los brazos de sus padres; y todo por el sueño estúpido de vivir mejor en el país ficticio de un mundo mejor...

Y Luis parecía hacer de las suyas, donde sea que esté... quizás en una zanja junto a la carretera con la barriga abierta y las tripas afuera; o en un Portal Espiritual, rodeado de estatuas de Santos, y velas perfumadas, y humo de tabaco, y botellas de aguardiente vacías... Mientras un Banco anotaba las revelaciones de los espíritus que descendían en su Materia, con tal de seguir avanzando en su investigación... y con los diez mil habitantes de una ciudad afligida por el atraso y el desdén de sus gobernantes. «Los implicados en el atentado han sido capturados al atardecer de este jueves y... fueron identificados como Brayan Mendoza, alias Cara e' Queso, y Michael Gonzalez, alias Huesitos; ambos integrantes de la Banda del Boliqueso: un fugitivo implicado en varios atracos a mano armada, y homicidios premeditados; según los informes redactados por la Policía Nacional, estos delincuentes fueron contratados por un hombre desconocido en una camioneta azul, para dejar el paquete explosivo en la cancha de los Bloques de Vista Hermosa, lugar del fatídico atentado; los detenidos fueron interrogados, pero las autoridades no pudieron extraer más información; ante la espera de juicio, fueron trasladados a la comisaría, donde fueron golpeados y amedrentados por los otros detenidos; y finalmente, retirados al Hospital Rómulo Marcano, donde un presunto sospechoso los administró una sobredosis de medicamentos sedantes, terminando con su vida en el acto».

El detective Oronoz lo invitó a recorrer los barrios de Marhuanta en su patrulla, para hallar un indicio del desaparecido brujo: esos cabrones mamapinga me la tienen montada, dicen que traerán una comisión de Nueva Bolívar y tendremos que delegar el caso... y que alerta roja, y esas vainas políticas; ya el gobernador salió en rueda de prensa, y el alcalde Gómez anda de azaroso con sus delegaciones; y la Guardia Nacional quiere intervenir la ciudad... y empezar a cazar a todos los delincuentes para desmantelar las bandas criminales; ya en la Cárcel de Vista Hermosa hay un peo prendio', y los pranes andan de sapos soltando y comprometiendo a cualquiera que pueda saber algo del Asesino el Infierno y el Justiciero; a Boliqueso lo lincharon los sicarios del Señor Wilson... y se la tienen jurada al loco, de que lo van a clavar entre varios cuando esté solo. Esa lacra se la debe a medio mundo, ojalá ese Asesino del Infierno lo agarre y lo pique en pedazos... ¿Sabes que mató a mi hermano, el Chino? Te pareces a él, Padrecito... Era un muchacho alzado sí, pero era buena gente y lo querían, y no se metía con nadie que no debiera porque después venía mi mamá y nos caía a palos; y ese mamaverga de Wilson lo convenció de vender droga en el Paseo de noche, y entonces hubo un enfrentamiento contra otra banda, y me lo mataron, a mi hermano; me contaron que un gordo negro al que le decían el Morrocoy, le reventó la cabeza con una llave de tubería; lo enterraron con la urna cerrada hace como diez años. Recuerdo que cuando empecé en la policía estaba El Loco suelto todavía; era un tipo al que se le murió la familia en un accidente, y secuestraba gente y los amarraba a las sillas y los obligaba a comer en su mesa... mientras les contaba locuras y lloraba; El Loco nunca mató a nadie, dicen que lo hacía porque se le acababan las pastillas; entonces lo agarramos y lo metieron al Psiquiátrico, pero un día se escapó de allí, y se lanzó del Puente Angostura al Río Orínoco, y la corriente lo arrastró hasta el fondo... donde lo trituraron las pirañas; y también hubo un caso de otro loco, que era un Yanomami del Amazonas, que vino huyendo por matar y violar a unas indias de por allá; y se armó una persecución cuando apareció una muchacha con el pecho abierto y el corazón arrancado, y es que ese indio era un Canaima asesino, y se transformaba en cunaguaro y se comía el corazón de sus víctimas; y también se convertía en Materia de Guaicaipuro volviéndose un negro de dos metros y con una espalda anchota; el caso es que unos oficiales lo detuvieron en el Mercado Periférico, y él se dejó poseer por el espíritu, y no hubo quien pudiera pararlo porque tenía una fuerza arrecha; total es que llamaron a todas las unidades de la zona, y lo rodeamos en la Plaza Centurión... pero nunca lo pudimos agarrar porque según se convirtió en grillo; el Asesino del Tuy lo llamaron, y se dice que escapó a la Mina Talavera, donde se convirtió en animal y perdió la consciencia de hombre... 

Atravesamos el Barrio Venezuela de calles agrietadas y casas marchitas, tras la pista de dos malandrines hermanos a los que les decían Cogegorda y Culo Roto, y cuando preguntamos por Gasoil, recibimos miradas turbadas y negaciones rotundas; un brujo travesti llamado Estrella nos indicó que Emilio había recibido a un hombre con nuestras descripciones, y que se fueron al cerro a enterrar un Trabajo durísimo; y petuca y petaca, los hermanos Gonzalez, se subieron a la patrulla para llevarnos con Emilio, que era un curandero de renombre en el barrio 24 de Julio, allí donde las calles aún son de piedras rosadas... y nos señalaron la ruta al Fundo El Progreso, para detenernos en lo que parecía ser el noble rancho del brujo; Culo Roto nos condujo entre los injertos de casas del terreno a una humilde choza de láminas: un portal espiritual atestado de esculturas de Santos Católicos y reliquias mágicas... y un catre de madera donde el brujo ofrecía masajes, limpiezas y sanaciones a los pacientes.

Lo encontramos de buen humor, y se ofreció a servirnos café mientras descubría una caja oblonga con una sábana, en una esquina rodeado de velas e inciensos; Cogegorda y Culo Roto salieron de la casita con los cuerpos bañados de sudor, y todos dimos un salto atrás cuando el brujo descubrió el rostro pálido de Luis Montero Conde, en una postura fúnebre que recordaba a un Drácula dormido... y le fijó una vela roja a la frente con cera derretida, confesó: creímos que un Canaima se fugó de la mina como puma, porque apareció esa muchacha despedazada en un aljibe con el pecho rajado; y supusimos que un brujo maligno se corrompió, fumándose el Cumí podrido; que es esa raíz negra que ven en ese caldero, ¿sí? Esa crece en los montes de los indígenas, y ellos la sacan de la tierra y la secan para sacarle el veneno, y se la fuman antes de cazar; pero empiezan a hacer lo malo, y se terminan corrompiendo, como esos Paleros que terminan locos por trabajar con los de abajo; los que tenemos estos poderes, debemos tener la humildad por delante, porque Dios nos regaló este don para ayudar, y a mí no me gusta eso de Trabajar con Muertos y con huesos, porque es un deseo egoísta; ellos quieren todos los riales del mundo, y entonces los poderes los abandonan, y empiezan a trabajar para el Mal, ¿saben, no? No podemos nombrarlo en este sitio porque los Santos se molestan y se van; esos que trabajan con magias negras y africanas terminan dañando a la propia familia, y queriendo someter al esposo, y siguen dañando a otros porque están poseídos por demonios; bueno, Luis acudió a mí porque necesitaba una consulta con su Protección: Santa Bárbara; y preparar remedios para enredar a ese Canaima en forma de puma, y darle muerte antes que siga matando... Entonces vino al barrio, y tras la sesión de espiritismo aquí mismo, la Vía Espiritual me indicó que debía acompañarlo al cerro, al otro lado de la Perimetral, por el barrio rural de Los Báez; y nos preparamos bajo el resguardo de San Benito, aunque Luis invocó a los Arcángeles, y se armó con la pistola de su amigo el Capriles, porque allí en el cerro se noche nunca aparece nada bueno, y él sabía, porque el espíritu que bajó en la sesión se lo contó, que veríamos algo espantoso... Esas calles son medio jodias, esos muchachos que los trajeron, los Gonzalez, han pasado por allí de noche, y saben que no canta ni un grillo... y que la luna alumbra toda la avenida, y parece muerta, y estática, y entonces uno habla y la voz sale como un hilo; y en los matorrales pueden esconderse Presencias, de esas que poseen a uno sin que se dé cuenta... o se pegan y tengo que sacarles los agallones con aceite de oliva y humo de tabaco; y el Luis parecía un pistolero, con el cigarro en la boca, pa' mí que bajó el espíritu del Llanero Solitario en su Materia, y nos metimos pal monte, para donde las Tetas de María Guevara que parecen unos picos, y me dijo apaga las luces que después nos caen, y esperamos en la oscuridad... mientras el brujo soltaba hechizos hablando en lenguas, y yo me protegía con el Espíritu Santo; y de un momento a otro, no sé qué pasó, que saltó una figura de la arboleda, y Luis le soltó unos plomazos, y luego fue corriendo a rematar al espanto con algo que sacó del bolsillo... Después, regresó a mí y me dijo que debíamos irnos, ¡YA! No estoy seguro de qué o a quién mató... porque parecía una persona con la cara blanca y el cuerpo negro y, Dios mío, te juro que me muera, que ese cuerpo se derritió... y Luis no quería hablar de lo que vimos, y solo parecía responder cuando le recordaba el Incidente del Sauce del Terror y los cultos vampíricos de Nueva Andalucía, a los que el agonizante círculo de Magos Negros de Angostura intentó replicar en vano; y de esos fantasmas de la Guerra Federal que aún deambulan en los cerros, cuando la temporada de aguaceros desentierra sus huesos del olvido, y las apariciones de los Cañaverales... porque muchas familias aún conservan las costumbres fúnebres de mutilar el pecho de sus muertos con una estaca, y rellenar la boca con concreto, para evitar que el muerto se levante para succionar la vida de sus allegados; y llegamos al rancho, y se bebió dos cajas de cervezas de la bodega de los Gonzalez, y se fumó una docena de tabacos con rezos en lengua indígena, y las acompañó con una botella de Bucana; y conversó con los espíritus encerrado en el Portal hasta que se desmayó y lo puse en la urna para pasar el ratón...

Cogegorda y Culo Roto nos ayudaron a meterlo en la patrulla, y ambos se despidieron excusándose con su quehacer en el fundo, y manejamos en silencio con dirección a la urbanización... para escapar rápidamente de esa diástole de barbarie y atraso, en el que convergen los antiguos monstruos con las nuevas degeneraciones... y las leyendas de cortes espirituales que hacen florecer la más difusa incertidumbre. Luis despertó, delirando sobre cultos satánicos y profecías indescriptibles, nombrando cultos extintos como el Sol Negro, y llamando por sus nombres a los desaparecidos Adivinos de los Andes; parecía que lo estaban poseyendo distintos espíritus al mismo tiempo, como buscando una respuesta que nunca llegó: Italo, Marthica, Rosaura, Romano... el Año Negro llegó, ustedes tenían razón... y yo era un bruto; ese cimarrón chupasangre es la prueba de que las reminiscencias de un albor tenebroso nunca podrán extinguirse, y en ese claroscuro de prodigios desconocidos renacen abominaciones. ¿Por qué dejamos que ese Inquisidor del Vaticano destruyese el Libro de los Grillos? ¿Qué horribles maldiciones habrán liberado en nuestro ocaso de los tiempos? Nicolás Fedor nos advirtió, que debíamos revivir al Negromante para hacer frente a las legiones del submundo... pero, ¿qué hicimos más que lanzarle a los perros fundacionales y masacrar a sus acólitos? ¿Por qué obedecimos a los Masones de Guayana y denunciamos a los Magos Negros de Angostura? Quizás esa masacre en la Calle Boyacá pudo haberse evitado.

El Brujo de los Palos Grandes, debilitado por el ron, comenzó a alternar las posesiones de su materia sensible a lo espiritual... como desenterrando lo oculto, los trapos sucios de Ciudad Zamora, que yacen bajo las alcantarillas del Casco Histórico y en los túneles inundados con el agua de las cañerías rotas y los palacios sumergidos por las crecidas del Orínoco... y en el submundo de laberintos urbanos y cráteres vegetales en los que se esconden los terrores aciagos que, como una sístole enfermiza, bombean la purulencia al inconsciente de los habitantes y los empujan a cometer atrocidades. En eso, el detective Oronoz encendió la radio de su patrulla y sintonizó una emisora, y un despliegue de arpas resonó en la cabina: Las tardes grises de junio, Del sol no dejan reflejo, Hoy me agarró el plenilunio, Con el pensamiento lejos... Luis Montero rompió a llorar en el asiento de atrás; Bendito aguaitacamino, Guardián del sendero viejo, No lloro por mi destino, Sollozo es por lo que dejo; el brujo mencionó algo sobre su madrecita, que lloraba porque su papá se gastaba todo el salario jugando caballos; El noble rancho de palma, Con todos sus aparejos, Cosas que llevo en el alma, Y con ellas me acotejo; malditas mujeres, sonrió el policía con un cigarro: recuerdo que me eché una pea del coño cuando me dejó la Tiffany; El recuerdo de mi padre, Hombre de temple parejo, Y el gran amor de mi madre, Su ternura y su consejo; las mujeres son el Diablo, repitió Oronoz y yo asentí con desgana, cuando uno se emperra no hay quien lo pare; En junio un atardecer, Monté a caballo en la reja, Salí en busca de un querer, Que cargaba entre las ceja', Como suele suceder, La vida nunca es pareja, Más nunca hallé a esa mujer, Por eso mi alma se queja; Luis pareció reaccionar en su sonambulismo, y cantó a todo pulmón: Fue triste y larga la marcha, Vuelvo y no encuentro a mi vieja, Adiós, linda flor de parcha, Tal vez si el dolor me deja, Vuelvo a emprender la partida, Mientras la tarde se aleja, Y así capoteo mi vida, Que se va poniendo añeja... Y el brujo rompió a llorar como un niño desconsolado, y eso me partió el corazón como nunca nada lo ha hecho en el mundo. 

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